Cerrar un balcón o acristalar una terraza puede ser una buena idea, pero antes de empezar con las obras hay que reflexionar muy bien sobre lo que se va a realizar. Por una parte, obtendrás más espacio útil en tu vivienda, ya que cerrar las partes exteriores supone ampliar los metros del salón, la cocina o cualquier otro lugar.
Lo que hay que controlar
Para evitar todo esto, en este informe te vamos a dar las pautas para que el cerramiento de tu terraza o balcón sea todo un éxito. En primer lugar, hay que fijarse en los puntos de conflictivos de la obra: los encuentros de la perfilaría con la construcción, el tejado (si se trata de un cerramiento de terraza, por ejemplo en un ático), los cristales y el tipo de apertura de las ventanas.
Estos dos puntos deben resolverse con eficacia y sin reparar en gastos, y que en el futuro pueden dar muchos problemas y quizás tengas que volver a intervenir en la obra para arreglarla.
Aislamiento térmico deficiente
No hay que olvidar que los balcones y terrazas son partes de la vivienda que están al exterior y no cuentan con paredes de obra; esto significa que para obtener un buen aislamiento que garantice la confortabilidad durante todo el año hay que realizarlo con materiales de primera calidad y acudiendo a un profesional con todas las garantías. El doble acristala-miento con cámara de aire es incuestionable; los vidrios han de tener espesor suficiente.
Condensación interior
La diferencia de temperatura entre el exterior y el interior del cerramiento (cuando hace frío fuera) es la causa de que en el cristal interno aparezca condensación de agua en forma de gotas. Los perfiles también se suele mojar. Esto ocurre por el conocido efecto de puente térmico y es característico de los perfiles de aluminio.
Corrientes de aire
De nuevo, la existencia de filtraciones de aire frío hacia el interior de la vivienda es debida al sistema de perfiles que se haya instalado. Es mucho mejor invertir más dinero en colocar un sistema fiable, de ventanas o puertas practicables (batientes u oscilobatientes) y con cierre totalmente hermético.
Presencia de humedad
La humedad puede aparecer en forma de manchas en las paredes, condensación o filtraciones que originen charcos. Las causas son muy variadas. La condensación suele deberse a los puentes térmicos, y las filtraciones, a un sistema de cierre defectuoso (las ventanas correderas suelen ser las más proclives a dejar pasar el agua).
Las filtraciones pueden corregirse con ventanas practicables, nunca correderas. Las manchas de humedad han de atajarse picando el interior de la pared y aplicando productos impermeabilizantes; es posible que también haya que proteger el exterior con algún tipo de pintura específica, a base de látex o cloro caucho.