Muchas personas disfrutan de sus vacaciones en segundas residencias en la playa, el campo o la montaña, donde disfrutan del tiempo libre. Sin embargo, es común que, al encontrarnos en este tipo de estancias, no tengamos la sensación de un hogar, ya que suelen tener una decoración muy básica y escueta, normalmente a partir de muebles y objetos que ya no usamos en nuestra vivienda habitual.
Por eso, si queremos que esto no pase y sentirnos como en casa en esa segunda residencia, tenemos que prestar atención a ciertos aspectos a la hora de acondicionarla. Por ejemplo, la funcionalidad y la sencillez deben primar en el mobiliario, así como la comodidad. Debemos encontrar el punto de encuentro entre estas tres cualidades, pues a veces damos prioridad al sentido práctico, olvidando conseguir estancias cálidas y confortables.
Ante esto, la mejor opción es un mueble cómodo, estético, fácil de limpiar, con capacidad para almacenar todos los trastos que no queremos por medio: una cama con canapé, un sofá cómodo, un arcón que decore... Del mismo modo, resultará muy útil contar con muebles plegables que no nos quiten demasiado espacio.
Por su parte, lo mejor es no emplear en exceso los textiles (alfombras, cojines, cortinas..) pues solo te darán trabajo. En cuanto a los electrodomésticos básicos, nunca deben faltar.
Por último, llevarte cuadros, marcos de fotos o algún adorno especial de casa podrá dar a esta segunda residencia el toque hogareño que buscamos.
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