Cuando comenzamos a decorar o redecorar nuestra casa, lo primero que hacemos es buscar inspiración en internet y en revistas de decoración. Decidirse entre tantas opciones y tantos estilos puede que nos lleve un tiempo, pero madurar las ideas es el primer paso.
Así que después de horas babeando en webs de decoración y una carpeta repleta de ideas, es hora de poner los pies sobre la Tierra y fijarnos en los espacios. Lamentablemente, en esos salones de las fotos podría entrar perfectamente la mitad de mi casa.
Sí, la realidad duele babies.
Los espacios pequeños son todo un reto. Y decorarlos con papel pintado puede ayudarnos a potenciar su encanto y crear rincones estupendos. Pero debemos tener cuidado con no abarrotar el espacio. A continuación tenéis algunas pautas para conseguirlo. Para ello, me he inspirado en algunas imágenes de los papeles pintados de la web Papeles de los 70. ¡Vamos allá!
Elegir bien el color
El color, nuestra gran arma. Para ganar sensación de amplitud, elegiremos colores claros y combinaciones suaves. Colores como el blanco, crema, beige, pasteles verde, azul, rosa, amarillo…
Si elegimos un papel pintado con un fondo claro y algún detalle sutil, daremos un toque personal a la estancia sin empequeñecerla. Si además, estos papeles tienen algún diseño, elegiremos los que tienen motivos de poco tamaño, en tonos suaves y no muy recargados.
Lo importante es ganar luminosidad sin restar en calidez y evitar los papeles oscuros y muy recargados. Si os enamoráis de alguno, usadlo en una pequeña extensión e intentad que las demás paredes combinen en tonos claros.
Las líneas aumentan
Si os gustan las líneas, pueden ser vuestras grandes aliadas porque podemos jugar con ellas para cambiar la percepción que se tiene de los espacios.
Las líneas horizontales y anchas agrandan. Dan sensación de amplitud y anchura. Las líneas verticales, pueden ayudaros a que veamos la estancia con más altura. Son realmente útiles en pasillos.
Los estampados
Aunque también existen papeles pintados lisos, el protagonismo lo reciben los estampados. Algunos diseños, como los inspirados en la naturaleza, proporcionan relajación y frescura. Pero si los estampados no son lo vuestro, podéis optar por diseños sutiles o abstractos, como los marmoleados. ¡No fallan!
Posición
Después de elegir el papel pintado, debemos tener claro dónde colocarlo. Combinar una sola pared con papel pintado y el resto con pintura es todo un acierto. Conseguiremos aliviar la estancia y a la vez darle personalidad. Colocar papel pintado en las cuatro paredes consigue el efecto contrario.
Otra opción es salirse de la norma y colocar papel pintado en sólo una porción de una de las paredes. De esta manera conseguimos potenciar un mueble o lugar importante de la casa, por ejemplo, un tocador.
Y si sois atrevidos, podéis optar por empapelar el techo. Le daremos protagonismo a una zona normalmente olvidada. Eso sí, eligiendo igualmente colores claros para techos bajos y habitaciones pequeñas. Si contáis con un techo demasiado alto podéis hacer la estancia más acogedora eligiendo un tono oscuro.