Diseñar la cocina es algo que va más allá de elegir el modelo de los muebles, decidirse por un color u otro, o poner un material determinado. Se trata de ver dónde ha de ir cada elemento, trazando una estructura definida y pensada con sentido común, en función del espacio disponible.
Haz un esquema para decidir la distribución de la cocina
Comienza por medir las paredes, tanto de largo como de ancho, así como la altura que tienen desde el suelo hasta el techo. Dibuja también los huecos de las puertas y las ventanas que tiene la estancia, e indica sus medidas.
Ahora marca en el esquema en qué puntos se encuentran las conexiones de gas y agua, los enchufes y puntos de luz, los desagües, la salida de humos, los radiadores. Conocer estos datos será totalmente necesario para saber dónde se ubicará cada zona de la cocina.
Define el triángulo de trabajo
En toda cocina hay tres zonas muy importantes: la zona de cocción (que ha de estar cerca de la salida de humos y las conexiones de gas y electricidad), la zona de lavado y preparación de los alimentos (que debe colocarse cerca de los desagües y de la toma de agua) y, por último, la zona de almacenaje. Establecer estas zonas en triángulo (cuando los metros cuadrados lo permiten) nos garantiza un espacio cómodo y funcional, en el que se trabaja bien. Ten en cuenta que esto es algo fundamental, ya que la cocina es un espacio que se vive con mucha intensidad a diario.
5 tipos de cocina para todas las necesidades
– Cocinas de U. Con encimera en tres de las cuatro paredes, la distribución en U es perfecta para cocinas grandes y espaciosas.
– Con forma de L. Como deja buena parte del espacio libre, este tipo de estructura permite contar con amplias zonas de trabajo e, incluso, con un rincón pequeño para comer. O puedes optar por lugares para guardar, si es eso lo que más necesitas.
– En línea. Esta distribución está indicada en cocinas alargadas y estrechas. Se trata de amueblar únicamente uno de los lados de la cocina, para no sobrecargar el espacio. Instalar armarios altos es la mejor forma de disponer de zonas de almacenaje en cocinas pequeñas con distribución en línea. Eso sí, has de tener en cuenta que la zona de cocción y la zona de lavado (donde está el fregadero) no deben estar demasiado cerca. Cuida de que haya al menos 60 cm entre estos dos puntos.
– En paralelo. Un diseño que se adapta de maravilla a las cocinas alargadas, en este caso amplias y espaciosas. También es el modelo a elegir cuando nuestra cocina tiene dos puertas en paredes enfrentadas. Ten en cuenta que el espacio que queda entre las dos filas de muebles ha de ser de 1,20 m como mínimo. De otra forma se entorpecería demasiado el paso y no tendrías suficiente capacidad de movimiento a la hora de cocinar.
Con estas claves podrás decidir qué tipo de distribución de la cocina es la que más te conviene. ¿Cuál es la que más te gusta?
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