Las lámparas son un accesorio de decoración muy importante, capaz de completar el interiorismo de un espacio de forma mágica, o de arruinarlo. Si tienes en tu casa unas lámparas de metal maravillosas y no sabes cómo mantenerlas en perfecto estado, sigue leyendo. Te lo contamos todo.
Puedes elegir una lámpara de diseño, con firma y renombre, para decorar cualquier espacio. O elegir una lámpara de estilo clásico, contemporáneo, mid-century modern, vintage… Si la eliges bien conseguirás redondear la decoración de tu casa de una manera sorprendente.
Y si tienes la suerte de tener en casa unas lámparas de metal espectaculares, seguro que te interesará saber cómo tienes que cuidarlas para que te duren muchos años en perfecto estado, ¿verdad? Hoy te contamos de qué forma has de limpiarlas para dejarlas impolutas, según el metal del que estén fabricadas. Toma nota.
Consejos de mantenimiento para tus lámparas de metal
Todo depende de qué metal esté fabricada tu lámpara. No es lo mismo limpiar una lámpara de cobre que una de hierro lacado. Comienza por recurrir a las instrucciones del fabricante (o de la tienda en la que la hayas comprado), en caso de que sea posible.
Para empezar, te daremos una recomendación general: cuando tengas que limpiar a fondo una lámpara, lo mejor que puedes hacer es desconectarla de la corriente eléctrica, en caso de que esté enchufada a la red.
Si se trata de una lámpara de techo, vigila siempre que esté apagada y retira las bombillas para evitar que puedan romperse. Una vez tu lámpara esté limpia y reluciente, podrás enroscarlas de nuevo en su sitio.
Lo primero, quitarles el polvo
Es cierto que el mercado te ofrece un sinfín de productos específicos para limpiar metales: cobre, latón, bronce, cromados… Hay más de un nombre para cada metal. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones el uso de estos productos es totalmente innecesario. De hecho, cualquier lámpara de metal puede limpiarse utilizando un trapo suave y una solución jabonosa.
Comienza por quitarle el polvo a tu lámpara. Seguro que, si se trata de una lámpara de techo o de un aplique de pared, tendrá bastante polvo acumulado.
Después de eliminar el polvo que la lámpara tenga acumulado, es el momento de pasarle una esponja humedecida en agua y jabón neutro (y bien escurrida). Procura no mojar demasiado la lámpara, en especial la zona donde se acoplan las bombillas, ni los cables. A continuación enjuaga con la esponja húmeda y seca con un paño suave.
Cómo dejar perfectas tus lámparas de aluminio
Si tu lámpara es de aluminio, tendrás que tener un cuidado especial ya que este metal se raya con mucha facilidad. En ningún caso, pero todavía menos en el caso del aluminio, debes utilizar estropajos que rayen o productos químicos agresivos.
Hay un remedio natural para devolver el brillo a tus lámparas de aluminio. Se trata de frotar con un paño impregnado en una mezcla de alcohol y aceite de oliva. Yo te recomiendo que hagas una prueba en un lugar poco visible, para comprobar que el truco es efectivo.
¿Y si tu lámpara es de latón o de bronce?
Si tienes una lámpara de latón a la que le han salido manchas, puedes tratar de eliminarlas frotando con un paño humedecido en zumo de limón. También puedes frotar con un trapito y un poco de ketchup (¡sí, sí, como lo oyes!). Después tienes que enjuagar con agua y secar con un paño suave.
En el caso de que la lámpara sea de bronce, puedes hacer una mezcla con zumo de limón y bicarbonato sódico. Aplica la pasta resultante sobre las manchas de tu lámpara de bronce y deja actuar unos 20 minutos. Después enjuaga y seca con un paño suave.
Limpiar el hierro lacado
Ten en cuenta que los productos agresivos pueden acabar con el brillo del lacado y echarlo a perder.
Como ves, limpiar lámparas de metal es mucho menos complicado de lo que parece. Si lo hacer con precaución y suavidad, tus lámparas estarán siempre perfectas.
Puedes leer la entrada original y completa en de la revista online Decoración 2.0.