que pasado un año malo echan nuevas hojas
y vuelven a empezar.
José Luis Sampedro
Se les cae la ropa. Se quedan desnudos pero no les importa. No es para siempre. Mientras tanto, a algunos nos da por jugar con sus hojas y otros por desear que pronto vuelvan a estar arriba. Al final, eso sólo depende de ellos, de los árboles. Luego, al cabo de un tiempo, como por arte de magia, echan hojas. Se visten. Vuelven a vivir. Y desde la ventana de casa, el color verde no deja ver nada más. Lo han vuelto a conseguir. Así, una vez tras otra.
Me gustan las personas que viven mucho en la misma vida. Que nacen cada día. Que si se pierden buscan un principio, porque nunca es tarde para volver a empezar. Me gustan las personas que viven de verdad. Sin medias tintas. Que se atreven. Que no se inventan excusas. Que buscan razones. Que sueñan incluso cuando los sueños se han hecho pedacitos. Que florecen aunque no sea primavera. Me gustan las personas que son como los árboles. Que si se quedan desnudos saben seguir hacia adelante. Siempre. Las personas que por fuera no se quitan la sonrisa aunque por dentro llevan alguna que otra herida. Las personas que, como dijo Sampedro, viven tantas veces como los árboles.
Empezamos el día desde la casa de Jess Brown, diseñadora y fabricante de muñecas de trapo. Detalles por doquier de alguien que define su estilo como bohemio y un hogar en el que todavía hay sitio para piezas de hace más de veinte años. Además de una decoración exageradamente auténtica y ecléctica, llama la atención el árbol que aparece en una de las habitaciones. Sí, sí, no exagero: un árbol dentro de casa. La idea me ha parecido fantástica. Sobre todo porque te recuerda que siempre hay que echarle nuevas hojas a la vida.
Feliz domingo a todos,
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