No lo puedo evitar, tengo pasión por la piedra y la madera de lo contrario nunca me hubiera inclinado a dedicarme a la escultura, sí para los que no lo sepáis, también soy escultora y es posible que haya estado en vuestra ciudad restaurando alguna piedra. Entre esto, que la rehabilitación de casas con historia me fascina y que en esta se palpa el buen gusto de sus dueños (un anticuario y un galerista) creo que ha sido el conjunto perfecto que me ha terminado de cautivar.
Sin duda más de uno no apostaría por decorar una masía en el bajo Ampurdá de esta manera, pero pienso que en la diversidad y en la mezcla se puede encontrar también el equilibrio sin tener que sucumbir a lo que tienen los demás. Sólo me queda decir que me gusta cada uno de sus rincones y el atrevimiento de llenar una casa con cierto aire decadente de obras de arte. Una decoración atrevida donde las cosas están muy claras.
Elle.es