Con unos pequeños trucos, podemos hacer de un dormitorio básico, un dormitorio acogedor e íntimo que, sin duda, se convertirá en nuestra cueva. Un lugar donde refugiarnos.
Vigila la luz de tu dormitorio
La luz es el elemento principal si buscamos intimidad. Para conseguir un dormitorio acogedor, es importante que tengas una luz cálida. Esto se consigue fácilmente con bombillas amarillas, o tambores para tus lámparas.
La luz cálida consigue un ambiente más acogedor. Nuestro cerebro relaciona el calor con la comodidad y el bienestar. Y, se traduce de una forma muy clara cuando tenemos este tipo de luz.
La comodidad es acogedora
Llena tu cama de cojines, mantas, almohadas… ¡Lo que sea para sentirte atrapado!
Sentirte cómodo en tu dormitorio es vital si queremos conseguir esa sensación armonía. Para que lo tengas claro: no querer salir nunca de tu cama, es síntoma de que tienes un dormitorio acogedor.
Este pequeño detalle cambiará mucho la sensación que tengas de tu dormitorio.
Para tu dormitorio acogedor, colores neutros
Está claro que para gustos, colores. (Nunca mejor dicho). Pero, si lo que buscas es un dormitorio acogedor, te recomendamos que mantengas tu decoración con colores neutros.
El blanco es un color que significa paz, tranquilidad… justo lo que necesitamos para nuestro dormitorio. Puedes combinarlo con algún gris, que siempre le dará un toque más decorativo. Pero, recuerda, siempre tonos neutros, sin recargarlo demasiado.
También, puedes probar a darle un toque de color con algunos elementos en madera. Además de color, la madera aporta un significado de calidez que vendrá muy bien si está acompañada de la luz cálida de la que hablábamos.
Como ves, conseguir un dormitorio acogedor es de lo más sencillo. La luz, la comodidad y el color es lo que harán de tu dormitorio, un dormitorio íntimo donde descansar.
¡Prueba estos pequeños trucos y nos cuentas!