Sin nervios, sin prisas, sin ambiciones. Sin complicaciones ni parafernalias. Nada de protocolo. Sin guiones. Sin presunciones ni vanidades. Soy así, me empeño en creer que una boda no es sólo un compromiso o un escaparate. Y por eso no hay nada mejor que organizarlo todo con nuestras manos. Conocer cada recodo de tu día. Ir despacio, empezar con un detalle y seguir con otro. Disfrutando con todos, hasta contigo.
En esta boda, la novia se ha encargado de la decoración y claro, así es normal que se sienta tan a gusto en su día. Eso es algo que se ve y, lo mejor de todo, se contagia. Nosotros, gracias a las increíbles fotografías de Raquel Benito, también podemos disfrutar de cada particularidad de una boda al aire libre romántica y auténtica. Si os apetece perderos, sólo tenéis que dejaros llevar. ¡Feliz sábado!
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