Me derrito literalmente, ¿pero qué está pasando ahí fuera? Ayer volviendo del pueblo el termómetro del coche no paraba de subir hasta alcanzar los 38 grados y no es que en tierras sorianas no hayamos pasado calor, pero nada que ver con la que está cayendo en Madrid. No me puedo imaginar cómo estarán en el sur de España…
En casa no tenemos aire acondicionado, siempre he sido algo rehacía a ponerlo, aunque sé que en estos momentos lo agradecería de verdad, pero los cambios de temperatura bruscos no me sientan nada bien. En su día decidimos poner ventiladores de techo pero sólo lo hicimos en dos habitaciones, el salón y el dormitorio principal. La realidad es que pocas veces hemos dormido con el ventilador encendido, pero se agradece mientras leemos en la cama.
Anoche me sentí algo mal, mi hija pequeña (que por qué no decirlo, le gusta exagerar algo las cosas) montó un numerito ante su frustración por no poder dormir (si un día me viene diciendo “mamá quiero ser artista” creo que no me sorprenderá). El caso es que poco podía hacer, aparte de consolarla, decirle que se echara agua por la cabeza, que durmiera sin pijama,… cualquier cosa que aliviara su calor y también mi sentimiento de culpa, porque yo sí tengo ventilador :-( He decidido poner remedio a esto, en realidad no es necesario comprar complejos y caros sistemas de refrigeración, basta con un poco de aire para aliviar esa desagradable sensación.
Hoy he buscado ambientes donde los protagonistas son los ventiladores, algo de inspiración y también alguna que otra firma donde comprar, unos con estética vintage y otros más modernos, pero todos con una misma función ¡un poco de aire fresco por favor!…
Preciosos los de estilo vintage…
Este ventilador no cumple su función pero es tan bonito… (Vintage Edison Fan Lamp)
Modernos…
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Imagen de portada: reddiodesign.com
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