Ayer falté a mi cita con vosotros, como os dije antes de empezar las vacaciones, a veces surgen planes que me hacen imposible cumplir con mi calendario de publicaciones. Pasamos el día en el monte, haciendo una caminata de 16 kilómetros, esta vez había más niños que adultos, la mayor mi hija de 10 años, ya os podéis imaginar… Hoy las agujetas han hecho acto de presencia en más de un cuerpo.
Llevo unos diez días en el pueblo y aunque aquí soy feliz, lo tengo todo, el monte, los amigos, la buena comida,… parece que en mi cabeza hay un pensamiento, la playa, allí es donde de verdad descanso. Ni siquiera sé por qué me ha dado por traer chiringuitos al post de hoy, en la mayoría de playas donde vamos ni siquiera existen, sólo vemos surferos. Pero como este blog es de decoración, tendré que acompañar las preciosas aguas azules del mar y a la fina arena de playa, con un poco de diseño. He seleccionado unos cuantos chiringuitos, españoles y también extranjeros, unos más sofisticados que otros, pero todos con mucho encanto (si queréis descubrir dónde están, visitad mi panel de “Beach” en Pinterest).
Sé que se ha puesto muy de moda los grandes espacios que combinan restaurantes, bares, chill-out,… ¿quién puede resistirse a ellos? Pero yo como romántica que soy, creo que me quedo con los de toda la vida, los que tienen un aire más hippie, un lugar para sentarse, cuatro caños por aquí y por allá, una cerveza en la mano y los pies en la arena ¿para qué más?…
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