Como era de imaginar, el truco es realmente sencillo. Solo hay que poner algunas hojas en la alcachofa de la ducha. ¡Mucho cuidado y renovarlas con regularidad! El secreto está en disfrutar de todos los beneficios de esta planta al evaporarse su fragancia con el calor del agua.
Entre los beneficios, además de un olor agradable y relajante, he encontrado que es un gran aliado contra la congestión nasal y las enfermedades respiratorias. Ahora que estamos en plena época de catarros y resfriados, puede ser un truco a tener en cuenta.
¿Habías escuchado hablar de las duchas de eucalipto? ¿Vais a probarla en casa?