Si no queremos grandes reformas, lo más lógico es optar sólo por detalles decorativos, para que este color aparezca en nuestro hogar. Los mejores recursos son hacernos con algún jarrón en este tono, poner un mantel en el comedor, un plaid a los pies de la cama o un cojín en el sofá.
Si queremos un cambio más radical, podemos optar por él en las paredes. Dependiendo de la saturación del color, lo podremos usar para toda la habitación o para zonas muy concretas. Antes de decidirnos, tenemos que estudiar el espacio y la luz natural.
Por último, no podemos perder de vista que el azul siempre nos recuerda al mar y los motivos marineros. Por ello, por qué no jugar con esta tendencia también en casa ahora que llega el verano. Podemos poner algún motivo como peces de madera, un centro de mesa con conchas y estrellas de mar...
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