Laura tiene 8 años y pasa gran parte de su tiempo libre entre las cuatro paredes de su cuarto. No resulta difícil imaginárselo a juzgar por las imágenes de la habitación. La estancia es pequeña pero con los rincones muy bien aprovechados.
Os presentamos una estancia donde el deseo de la madre era crear una habitación que conjuntara la comodidad y la utilidad. Ha sido ella la que ha puesto todo su cariño para decorarla y ha sabido hacer de este rincón de la casa un lugar cálido y acogedor.
Resulta fundamental que dentro de su cuarto, nuestra protagonista tenga todo lo que necesita para sentirse feliz y así disfrutar de los juegos propios de su edad, al tiempo que se fomenta el ambiente de estudio.
Una cama confortable, unos armarios de gran capacidad, un colorido vivo, unos objetos de decoración repletos de ternura... En resumen: una habitación donde Laura crecerá rodeada de armonía.
Cama estilo góndolaPara contrastar con lo cerrado de la estructura de los armarios, Laura duerme en una amplia cama de estilo "góndola". La colcha estampada y los cuadrantes con flores a punto de cruz se mezclan con los divertidos cojines "caramelo". Con forma cilíndrica reposan a ambos lados de la cama.
En la parte de la pared que limita con el techo se ha pegado una cenefa con una hiedra verde. Ésta da a la habitación el contrapunto de formalidad a un ambiente de marcado aire pueril. También encontramos cuadros de diferentes tamaños con el nombre o la inicial de la niña bordada o hecha en cerámica.
Las paredes del cuarto pintadas de color amarillo vainilla se llenan de detalles con historia. Un ejemplo: el cuadro que reposa sobre el escritorio. En él hay un poema que su madrina escribió a Laura el día que nació. Y en la cabecera de la cama hay además una pequeña cruz traída de Asís (Italia).
Más allá de la utilidad, se pretendía que Laura estuviera cómoda y que, al mismo tiempo, tuviese un amplio espacio para estudiar y leer. El resultado final lo ha hecho posible ya que el escritorio es divertido e infantil. En su construcción se ha utilizado un tablero hecho a medida y en esquina. Esto ha permitido aprovechar una zona que parecía perdida. Se optó por esa zona del cuarto porque así a su vez se esconde el radiador que hay bajo la ventana.
Antes de salir de la habitación de esta linda niña, nos topamos en la puerta con un último toque de romanticismo pueril: una original guirnalda de rosas secas en tonos salmón pone el broche de oro a esta acogedora habitación infantil.
Sobre la mesa de estudio se ha colocado una lamparita que su madre ha pintado. Unos coloridos cajones de Ikea en tonos verde pistacho donde Laura guarda sus pequeñas colecciones de gomas y lápices.
En cuanto a las baldas simples, su función no es otra que la de servir de apoyo a los numerosos libros que tiene en su haber Laura. Los lomos mezclan historias de aventuras con obras didácticas de aire infantil. Encima de esta balda, observamos un pequeño cuadro de marco azul con dos osos, para que nos se nos olvide la fantasía.
Se trataba de aprovechar cada rincón del cuarto. Para que el efecto visual no fuese demasiado hermético se reservó el espacio de uno de los armarios para estantería diáfana. En ella se guardan libros y una original cadena musical de Imaginarium.
Las estanterías del cuarto son de dos tipos: diáfanas y con estructura de cuadro o simples baldas. En las primeras se han colocado pequeños cajones para guardar cosas y que Laura aprovecha de vez en cuando para colgar a sus muñecos. Encima de la cama, una de estas estanterías contiene una preciosa colección de pequeñas muñecas Mariquita Pérez.
Una original lamparita de pie dorado, alta y con borlas de pedrería amarilla ilumina el cuarto por las noches desde la mesilla. Este punto de luz descansa sobre un tapete de hilo blanco en el que también reposa un despertador con motivos infantiles.
Éstos hacen juego con el bandó del original estor que viste la pequeña ventana del cuarto. En este caso el estor mezcla lo tradicional -con las puntillas incrustadas en la tela-, con lo juvenil -en el listón de la tela del bandó-. Hecho en loneta de color crema rompe con la estética colorista que impregna esta vistosa habitación.
Las tonalidades de los muebles son el color miel para la estructura y verde para los cantos de la parte superior. Los tiradores, en original forma de rombo, siguen el perfil de la parte superior del armario dando al mueble un toque desenfadado y juvenil para que cuando la niña crezca pueda transformarse sin que el acabado resulte demasiado infantil. La lámpara que cuelga del techo esta pintada en tonos verdes y crema.
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