Elegir una mampara para mi baño

Parece una cuestión no muy complicada, buscas relación calidad-precio, alguien que te la instale y ¡Voila! Y sin embargo, en todas las decisiones hay una parte de indecisión, de “pros” y “contras” que hace que cualquier decisión se convierta aunque sea durante 5 minutos en un dolor sutil de cabeza. Con ello no quiero decir que sea complicado, pero como vais a averiguar en este post, tampoco nos lo ponen fácil. Hay que acertar. Lo primero que debemos pensar es ¿Quién va a usarla?, no es lo mismo si todos en casa sois menudos o si hay un gigante de 1,90 cm. No es lo mismo si se trata de personas con poca movilidad, que necesitan más resistencia, seguridad y puntos de apoyo. Por ejemplo, para niños son prácticas las que se abren de la mitad hacia arriba: desde fuera llegas a los mandos del grifo y por abajo evitas salpicaduras.

Otro tema a tener en cuenta es el espacio libre alrededor de la ducha y el tipo de plato que utilizaremos (cuadrado, rectangular, curvo….). Cuanto mayor sea la altura de la mampara, menor es la posibilidad de que el agua pueda salpicar por la parte superior de la ducha. Si el problema es la falta de espacio, entonces no hay que pensar demasiado puesto que estamos condicionados y por tanto, una mampara corredera es la mejor opción, que además es como se instalan la mayoría de las mamparas (solemos tener poco espacio en el baño). Además, son las mamparas más estancas y las más recomendables para columnas de hidromasaje. Por el contrario, los perfiles metálicos hace que su estética no sea tan transparente y no pueda verse un espacio del todo nítido.

Las puertas batientes en la mampara de la ducha es el acceso más cómodo. Se abren hacia adentro o en algunos casos en ambos sentidos. Su principal ventaja es que dejan un hueco amplio de entrada al plato, mucho mayor que las correderas. O en la gama de las batientes, existen las que “desaparecen” porque sus dos paneles se pueden plegar contra las paredes. Para poder abrir una mampara batiente se necesita un espacio libre frente a la ducha equivalente a lo que mida la puerta, que lo habitual son 45 cm.

La elección de la perfilería de la mampara no es un cuestión sencilla. El aluminio es el material más usado frente al acero inoxidable y al PVC. Lo ideal es que las mamparas no tuvieran marco para que la ducha “crezca”, es actual y ligero, da mayor amplitud en el baño y facilita el mantenimiento de la mampara. El inconveniente es que suelen ser más caras que las que tienen perfiles. Si hablamos de baños “mini”, lo ideal son las mamparas fijas, sin puerta. No ocupan espacio ni tapan luz. Lo único que tenemos que tener en cuenta es que llegamos a los grifos y que no se van a producir salpicaduras. Para ello, lo mejor es ducharte y comprobar hasta dónde se moja el suelo.

Respecto al tipo de material de la mampara, podemos escoger entre acrílico o cristal. El acrílico era la opción más económica, pero hpy hay mamparas de cristal de 4mm que mejoran su calidad, estética y equivalen en precio. Por ello, si puedes elige de cristal de un grosor de entre 4 y 8 mm. A mayor grosor más estabilidad y precio. Si hablamos de vidrio templado o de seguridad, el que ofrece mayor resistencia es el templado. En el caso que se rompiera lo haría en pequeños trozos no como el cristal normal. Por tanto, es conveniente que este tema lo tengas presente a la hora de la compra sobre todo si tienes niños en casa. También el acabado del cristal te va a condicionar la estética de tu baño. Aunque lo más habitual es el transparente, los hay serigrafiados o ahumados, para preservar la intimidad sin quitar luz.


¿A qué no te esperabas tantas claves para elegir tu plato de ducha?. Pues todo tiene un por qué, saber no ocupa lugar y en este caso, te ayudarán a elegir tu mampara ideal.

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