Si el lunes os decía que pisaba poco Madrid, hoy he recorrido el centro bajo unos justicieros 40 grados. Mi querida compañera Beatriz ha tenido a bien hacerme de guía turística, hacía mucho que quería ir a las Galerías Piquer, en El Rastro, pero mi mala orientación no me lo permitía, eso sí, como penitencia me ha tenido una hora haciendo cola en una tienda de alpargatas (y cuando digo una hora, quizás me quedo corta). Se ve que es una de las mejores de Madrid pero a mí, que no tengo el don de la paciencia, tanta espera para comprar zapatos me ha parecido surrealista…
Alpargatas a parte, la mañana nos ha cundido, he visto y conocido tiendas desconocidas hasta ahora para mí, saludado a algún amigo que tiene en estas famosas galerías su anticuario y encontrado una auténtica “pieza joya” para una clienta ¡ojalá me la hubiera podido permitir yo! espero que ella se enamore tal y como me ha pasado a mí, si esto ocurre, lo veréis publicado cuando termine de decorar su salón. Ahí queda eso…
Pues bien, con tanto paseo y tanto calor, ahora sólo me apetece tumbarme en el sofá a ver la tele (una utopía porque como veis sigo aquí trabajando).
Y de esto mismo va hoy el post, de la televisión. Nos guste o no, estos “cacharros” forman parte de nuestras vidas, quizás de unos más que de otros, pero siempre están ahí presentes. Es cierto que a lo largo de los años son cada vez más estéticos y por tanto, fáciles de integrar en un espacio, pero no dejan de ser lo que son. Si a todo ello le sumamos que en las casas reales nunca suelen estar solos sino que van acompañados de DVD´s, equipos de música, a veces consolas,… puede parecer que las imágenes de esta reseña sean pura ciencia ficción.
Con esto no quiero decir que no podamos tener salas de televisión tan bonitas y ordenadas como estas, pero mejor planificar antes lo que vamos a poner y cómo lo haremos. Tanto las tomas de electricidad como de antena pueden ir colocadas detrás, también hay muebles en el mercado que llevan orificios para pasar los cables y que queden ocultos, televisiones que parecen cuadros (con marco incluido) o que están embutidos en la pared, otros se ocultan tras paneles correderos,… posibilidades hay infinitas tantas como veréis en el post y más. Sólo añadir que aunque en decoración no reparamos en ellos, siempre están ahí y nos hacen compañía, así que ¡feliz relax frente al televisor!
Imágenes vía Pinterest
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