La adolescencia es una etapa que puede llegar a ser tremendamente problemática para nuestros hijos. Los cambios, tanto físicos como psíquicos, nos obligan a dotarles de los mejores medios para que éstos sean lo menos traumáticos posible. Proporcionarles un refugio en forma de habitación puede ser una de las mejores maneras de hacerlo.
Dejarles tomar decisiones a la hora de decorar su propio cuarto es una buena idea, así fomentaremos su sensación de seguridad, su capacidad de reflexión y la sensación de independencia. Para incrementar el aura de introspección podemos servirnos del color.
Un toque de color
Las incógnitas, dudas y preguntas serán una constate en esta fase, de modo que cuanto más le facilitemos un lugar en el que recapacitar sobre ellas, mejor. El violeta es sin duda el más apropiado para ello. Su efecto relajante e inspirador favorecerá su búsqueda de respuestas. Los tonos vivos favorecerán el desarrollo de actividades físicas y lúdicas, parte fundamental del desarrollo en esta etapa.
Estos predominarán en los cuartos de los chicos, mientras que en el de ellas se podrán ver más a menudo diversos tonos pastel. El papel pintado y los colores pop atraerán indistintamente a ambos sexos. Por norma general es probable que ellas den un mayor espacio a las fotos personales, ya sean de la familia o de sus amigas, cada vez más importantes en su vida. Los chicos pueden requerir alguna zona de ocio más habitual en ellos, como jugar a los videojuegos o tocar algún instrumento musical.
Evitando las chinchetas
Para poner las fotografías o los pósters de ídolos musicales o deportivos existe una solución idónea que nos evitará recurrir a las tan odiadas chinchetas: la pintura magnética. Ésta imantará nuestras paredes de forma que podremos sujetar a ella lo que queramos sin temor a agujerearlas, sobre todo a una edad en la que el cambio de objetos decorativos es continuo.
Otro punto vital en las habitaciones de los adolescentes es el orden. Para ayudarte a ello los baúles son muy efectivos, mejor aún si proceden de su infancia, ya que poseer algunos objetos pertenecientes a ella les dará seguridad y confianza. Emplea muebles sencillos, especialmente los modulares, que te permitirán ir sumando elementos a su estructura a medida que vayan aumentando tus necesidades. Además cuentan con una gran capacidad de almacenamiento.
Un sitio para el PC
El ordenador se ha convertido en los últimos años en complemento indispensable de las habitaciones de los jóvenes. Lo más apropiado son los muebles diseñados especialmente para albergarlos, los cuales cuentan con una bandeja para colocar el teclado y poder esconderlo cuando no lo estemos usando. Otra posibilidad es la de adquirir un portátil en vez de uno de mesa.
Por otra parte, la zona de estudio deberá cumplir ciertos requisitos. Deberemos separarla de la cama y procurar que reciba cuanta luz sea posible, ya sea natural o artificial. En resumen, has de crear un hábitat funcional, sencillo, que invite a la alegría, pero también a la reflexión. Un lugar en el que se potencien todas las cualidades que queremos que su ocupante desarrolle en un futuro: responsabilidad, aplicación al estudio, madurez e, igualmente importantes, entusiasmo y felicidad.
Imágenes: Facilisimo.com y Lanmobel
Fuentes de información: Somospadres.com, Terra.es, Enplenitud.com