Una de las características del color es que modifica en apariencia los espacios, creando diversos efectos visuales que hacen que veamos un ambiente más amplio o más pequeño, estrecho o ancho, alto o bajo.
Todo esto es muy útil para decorar los espacios que no tienen las dimensiones deseadas.
Además es muy interesante, porque no se trata de meternos en obra, sino de corregir ciertos “defectillos” que podemos tener en casa , simplemente utilizando la pintura.
Para empezar algo que ya todos sabemos, los colores claros amplían el espacio porque además lo hacen más luminosos y son más ligeros, mientras que los colores oscuros resultas mas compactos y pesados, aunque bien utilizados podemos enfatizar el efecto de profundidad que dan.
Si hablamos de temperatura del color, los colores fríos como el azul o el turquesa inspiran una temperatura ambiente fresca. Los colores cálidos como el rojo o el naranja nos sugieren una temperatura ambiente más elevada.
Las paredes de colores claros y fríos, en cambio, hacen que un espacio parezca más grande y amplio, nos alejan los objetos. Por su parte, los colores de pared cálidos intensos hacen que los espacios parezcan más pequeños y estrechos y nos acercan los objetos.