Desde su surgimiento en las primeras décadas del siglo pasado, el estilo moderno ha apostado por la simplicidad. El ornamento per se deja de ser utilizado y se otorga una gran importancia a la conjugación precisa de pocos elementos que combinen de manera armoniosa y austera. No es que se obvie la decoración, sino que esta se logra a partir de la premisa “menos es más”. Es por ello que el cuidado de cada uno de los aspectos que componen la decoración (colores, materiales, texturas, muebles, objetos) es lo que garantiza el éxito de cada propuesta. Además, debemos tener en cuenta nuestras características y gustos personales, estilo de vida, espacio del que disponemos y recursos a la mano. Este estilo es ideal para las personas que gustan de los espacios muy organizados, abiertos y luminosos.
Una de las habitaciones más importantes de la casa es el dormitorio, aunque generalmente no es el espacio en el que pasamos más tiempo. Ello puede permitirle mantenerlo organizado y bien elegante.
En cuanto a los colores, se utilizan mucho el blanco y el negro. Son los colores clásicos de la decoración moderna, aunque puedan emplearse otras combinaciones basadas en el gris, el marrón, el ocre y, en ocasiones, el rojo. Lo más importante en esta habitación, además del color, es el modo en que se han combinado las texturas de los muebles con las lámparas que se encuentran en las mesas de noche. Además, el uso de materiales diferentes en paredes y suelo. La frialdad que en cierta medida pueden transmitir los colores y texturas de los muros, es matizada por la madera y por el toque distintivo de la alfombra que se encuentra a los pies de la cama.
Si el dormitorio anterior le parece en cierta medida poco personal, este puede resultarle más útil y agradable. Sin perder la esencia de la simplicidad, además de la mesa de noche y el gavetero, esta opción incorpora una mesa auxiliar que le permite un poco más de soltura, y poder tener al alcance un libro, el diario, o algún objeto decorativo de diseño minimalista. Así mismo, puede combinar cuadros con la misma base cromática de la decoración. Sin embargo, lo más significativo es ese gran ventanal de cristal que permite establecer una relación entre el interior del dormitorio y el verde del jardín. Nuevamente, el blanco y el negro como colores fundamentales, esta vez matizados por la luz y los árboles que pueden verse una vez que se han descorrido las cortinas.
Otro aspecto que puede ayudarle, es definir una idea general que aglutine los elementos que componen la decoración del dormitorio. Cada uno de los muebles u objetos decorativos que seleccione deben estar en función de esa idea global, para transmitir tranquilidad y armonía.
En este caso, se ha escogido una combinación de marrón y crema, presente en casi la totalidad de los elementos que componen la decoración. Aproveche las gradaciones en el valor de los tonos, sobre todo de los claros, que agrandan los espacios y los hacen lucir elegantes e impecables. Es también notable la conjugación de la madera con el metal –en las mesas de noche- algo muy característico del estilo moderno. Ponga cuidado en mantener la escala cromática, incluso en los objetos más pequeños, como pueden ser en este ejemplo los cuadros o la pequeña bandeja que se encuentra sobre la cama.
Ahora bien, independientemente del predominio que pueden tener el blanco, el negro, el marrón y el crema, puede emplear, cuidadosa e intencionadamente, algunos toques de otros colores más vivos, en pequeños adornos o accesorios que otorguen un carácter personalizado la habitación. Si decide hacerlo con más de un elemento decorativo y objeto, tenga en cuenta que deben ser el mismo tono, o complementarios.
En el dormitorio que les presentamos a continuación, se amplía la gama de colores y vemos cómo, de manera armónica, se conjugan el blanco, el crema, el marrón, el negro y el ocre. Los muebles contrastan con los colores claros de paredes y suelo, sobre el que se ha colocado una alfombra. Como en este ejemplo, puede colocar uno o dos puf que sirvan de asiento, para descansar los pies o como mesas auxiliares. Pero lo que más llama la atención en este diseño que ponemos a su consideración, es el diálogo que se establece entre la manta ocre que cubre parcialmente la cama y los objetos decorativos que se encuentran encima del tocador.
Asimismo, vea la relación de continuidad que se establece entre el espejo y el cuadro que se encuentra encima de la cama. Este ejemplo constituye el equilibrio en un tipo de decoración sobria y moderna que, sin perder la elegancia y la distinción, logra dar un toque más personal y acogedor a la habitación.