Necesitaba empezar la semana con alegría y me ha parecido que Guille García-Hoz podría ofrecerme esa energía positiva. Hoy he dejado a mi hija mayor en el instituto, empieza primero de la ESO y sólo puedo pensar en vértigo, el que me da por lo rápido que pasa el tiempo. Por el resto de caras que he visto en la entrada, sobre todo de otras madres (sin acritud, pero hombres había pocos), no era la única a la que le invadía ese mismo sentimiento. Es ley de vida lo sé, pero me cuesta asumir que mi hija se hace mayor.
Hace mucho tiempo que sigo a Guille García-Hoz sobre todo en redes sociales, también he visto sus trabajos en ferias, incluso le vi a él el año pasado en su bicicleta paseando por DecorAcción (a punto estuve de asaltarle, si no fuera por mi timidez…) Me parece un personaje bastante divertido, sus comentarios en las redes no dejan indiferente como tampoco lo hacen sus interiorismos ni las piezas que vende en su tienda del centro de Madrid.
Ayer encontré su casa publicada en la Revista AD (podéis leer el reportaje completo pinchando en el link) y aunque tiene su sello personal por la mezcla de estilos, las piezas recuperadas, su famosa cerámica, etc. no sé por qué pero yo me la imaginaba más loca. El dormitorio sobre todo me ha parecido un remanso de paz, algo que no me cuadra mucho con su personalidad, quizás el tener una pareja arquitecto haya supuesto el equilibrio perfecto entre la creatividad desbordante de Guille y el freno de un cerebro más técnico (pero esto son sólo suposiciones mías). De una manera u otra, no me negaréis que a esta casa le sobra personalidad.
Por cierto, me encanta la mesa de comedor de mármol y acero que fue regalo de un amigo (qué amigo más majo ¿no creéis?). También la terraza, que supone un desahogo y un privilegio si vives en Madrid. Y muy curiosa la idea de separar el salón del comedor con una hamaca colombiana, yo tengo espacio de sobra, me voy a pensar si pongo una también :-)
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