Todo empieza en un pasillo que nos conduce a la estancia principal. Y entonces, se hace la luz. Pocos muebles y líneas rectas resumen la filosofía de una decoración que busca la serenidad y la funcionalidad. Aún así, no faltan los detalles curiosos. Una pareja de lámparas colgantes se da la mano. Una funda arrugada abriga el sofá y una percha metálica sale del armario para convertirse en el marco de una lámina. Al lado de la ventana, una silla de estructura metálica y un taburete de madera crean un pequeño rincón de paz.
Sin embargo, hoy el protagonista es el papel que arropa las paredes del único dormitorio de este apartamento. Un pequeño refugio romántico en el que a pesar de sus dimensiones, cabe mucha inspiración.
Los papeles de pared siempre añaden estilo en el look de una casa. Los de tonos oscuros o con estampados grandes se recomiendan para espacios amplios que presentan una buena iluminación. Si la habitación es pequeña o tiene poca luz, se aconseja un papel de colores neutros y motivos menos estridentes que proyecte una atmósfera tranquila. Aunque claro, también es verdad que podéis dejaros llevar y romper con todas las reglas. Empapelando, que es gerundio, podéis llegar a cambiar totalmente la personalidad de vuestro hogar e incluso crear otros mundos entre las mismas paredes de siempre. Suena bien, ¿verdad?
Os invito a ver un vídeo que fue publicado en la web de AD, una de mis revistas de cabecera. Tras darle al play, acompañaremos al interiorista y diseñador Guille García-Hoz a la búsqueda de los papeles más originales. Un cóctel de colores, estampados e incluso texturas para que las paredes sean de todo menos aburridas. Por cierto, no dejéis de seguir la pista a Guille García-Hoz. No solo escucha los espacios; también los sabe vestir de vida. Sus proyectos de interiorismo son vitamínicos y una experiencia para todos los sentidos. Ver vídeo
Feliz miércoles,
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