La obra de la casa va poco a poco cogiendo forma y empieza el momento en el que me despierto en mitad de la noche pensando en si los azulejos que he elegido van a quedar bien en el baño, o si el enchufe del salón al lado del futuro sofá será suficiente. Con la consiguiente llamada a la interiorista de la empresa coordinadora y sus respuestas tranquilizadoras basadas en no se qué de combinar elementos y materiales, que a mí me sirven para otro rato hasta un nuevo ataque.
Otro de los mini ataques que me dan es cuando veo algún papel pintado que me pirra y pienso en ponerlo. Ahí empieza mi mente en pelea entre el lado total white y uy que papel más bonito voy a ponerlo en alguna esquina. Pero yo resisto y lucho por mis paredes blancas como la nieve, ante las miradas de desaprobación de los obreros y familia y mi propia mente.
Por ello, para calmar mis ansias de color en las paredes, te traigo una selección de papeles pintados de quitar el hipo. ¡Aviso que tienes riesgo de querer poner alguno de ellos en casa!
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Ya que -de momento- no pondré ningún papel pintado en casa, siempre me quedará la opción de ir a
a observarlo ;) También puedes visitar nuestro post anterior de papel pintado vs. pintura.