Ahora que el turismo rural está pasando por su mejor momento y que la decoración rústica vuelve a estar en alza, decorar la casa con acabados fieles a este estilo para las paredes y techos es un método muy rápido de lograr ese toque tradicional para el hogar. Es fácil y rápido, basta una sola mano y, a diferencia del empapelado en relieve, no hay que encolar, impregnar, extender y rejuntar. Además, ofrece otras ventajas de tipo práctico. El acabado rústico de paredes permite disimular irregularidades y discontinuidades de la superficie, evitando tener que meternos en obras mayores en nuestra vivienda.
Existe una gran cantidad de productos de recubrimiento, cuya composición y precios son diversos, aunque se los define comúnmente como pinturas plásticas. Estas pinturas suelen ser de elevada calidad y permiten conseguir unos acabados mates o satinados sedosos tanto en interiores como exteriores. En general, las mates, que suelen ser más económicas, gozan de mayor riqueza en pigmento, con lo cual basta con una sola capa, tanto con brocha como con rodillo. Son de uso exclusivo para decoración de interiores, ya que no proporcionan el grado de protección necesario para estar expuestas a la intemperie.
La presentación es muy diversa, pero parece que se imponen las medidas estándar de 10 y 25 litros, mientras que su capacidad de recubrimiento por metro cuadrado depende del tipo de pintura.
?Dónde aplicarlo?
Este tipo de acabado se puede aplicar en cualquier lugar, aunque hay algunas reglas que deberemos respetar para obtener un trabajo bien hecho. En general, un acabado con relieve no es adecuado en ambientes en que se producen polvo y humos, pues la irregularidad del revestimiento retendrá mucha suciedad.
También es desaconsejable en ambientes muy húmedos, como el baño y la cocina, ya que muchas de estas pinturas contienen sustancias sintéticas que no transpiran y, con ello, se corre el riesgo de crear un exceso de condensación. Por la misma razón, no conviene recubrir paredes en las que se detecta humedad ascendente.
Instrumentos necesarios para empezar a pintar
Además del preparado, que es fácil y sencillo, se necesitarán brochas, paletinas y uno o varios rodillos. Para extender el material se empleará siempre un pincel amplio o un rodillo, el resto de los utensilios se utilizarán para producir los efectos deseados, al gusto de cada uno y según la habilidad que se tenga, siempre teniendo en cuenta que los resultados serán mucho mejores según se vaya consiguiendo experiencia.
Los acabados rústicos, sobre todo si se dan con rodillo, salpican mucho. Por lo tanto, convendrá protegerse, con una gorra y unas gafas, por ejemplo; y el suelo y las zonas que no se van a pintar también requerirán protección. Es muy útil proveerse de materiales para el relleno de grietas y de utensilios para aplicar, extender y rascar, como espátulas, papel de lijar o un cúter, para corregir los efectos no deseados o las salpicaduras sobre superficies que no queremos recubrir.
Si se quiere dibujar la superficie después de pintar, se necesitan algunas herramientas especiales: rodillos con efecto, peines, tampones, etc. Todos ellos facilitarán el trabajo, ofreciendo un efecto distinto según el instrumento que se utilice, además se puede poner a trabajar a la imaginación y utilizar instrumentos previstos para otras finalidades.
Las superficies pueden ser tratadas con imprimaciones estabilizantes para que la pintura nueva no resulte perjudicada por un exceso de absorción. En la misma operación debemos tapar las grietas y fisuras, porque no hay acabado que pueda cubrir una fisura de más de 1,5 mm.
Manos a la obra
A la hora de aplicar la pintura hay que tener en cuenta varios factores: cuanto más espesa sea la pintura, mayor cobertura se obtendrá. Además, si se utiliza un instrumento para realizar o marcar dibujos, los mejores resultados se obtienen sobre superficies consistentes.
Deberá aplicarse la pintura en bandas horizontales, de arriba a abajo, hasta el completo recubrimiento de la pared. De la misma forma, es preferible trabajar a la sombra, para impedir secados bruscos del material, ya que podría agrietarse. Para terminar, cuando se haya realizado la textura deseada, se tienen que eliminar todas las asperezas mientras el material empieza a secarse.