Este es el piso del arquitecto Nicholas Potts en Washington, D.C, conocido por sus proyectos elegantes, majestuosos e incluso opulentos. Sin embargo, para su propia vivienda de algo menos de 90 metros cuadrados, aunque sí podemos hablar de cierto lujo y elegancia, a mí lo que me ha conquistado es el partido que ha sabido sacar a cada uno de los espacios, dejando despejadas visualmente las zonas que quería resaltar (como la chimenea, que ha convertido en punto focal) y aprovechando aquellas otras a las que quería sacar funcionalidad, como las de paso para montar librerías.
El piso es de 1920 y tenía una reforma previa que hubo que deshacer. Se habían abierto los espacios, pero con una distribución errónea que hacía parecer todo más pequeño, así que decidieron volver a retomar los orígenes devolviendo así, el carácter original de la vivienda. Pocas habitaciones y bien proporcionadas. Para acentuar ese carácter pusieron suelo de madera en forma de espiga por toda la casa, en los techos no hay recortes sino que terminan redondeados de tal forma que la vista se pierde haciendo parecer que son más altos, igualmente muchas de las puertas se remplazaron por arcos.
La cocina como veis es una estancia más, no está abierta. Al no ser muy grande y tener una sola ventana, la intención era no abigarrarla, así que se amuebló sólo la parte inferior. La superior se cubrió a media altura con un salpicadero de la marca ABC Stone, dejando el resto sencillamente pintado, lo que hace que parezca más amplia y desaparezca el ruido visual. En el centro se colocó una alfombra antigua de Frances Loom.
El cuarto de estar tiene todo lo necesario a pesar de no ser de grandes dimensiones. La chimenea se colocó como punto focal y esconde un secreto, oculta la televisión que se encuentra dentro de la repisa y sale gracias a un ascensor motorizado. De ahí que sea sólo una chimenea decorativa, si os fijáis bien en la foto, los azulejos blancos colocados en espiga que forman parte de la trasera de la chimenea están adelantados con respecto a la pared, eso es porque detrás de los mismos se encuentra el hueco que da cabida a la televisión. Si tenéis el ojo muy fino, también se aprecia en la parte superior, la rendija por donde sale el aparato electrónico. Sin duda una idea ingeniosa a la par que elegante. Para acompañar una chimenea tan especial, los clásicos del diseño hacen acto de presencia en el salón con piezas de Charlotte Perriand, Le Corbusier, o Serge Mouille, entre otros.
El segundo dormitorio se convirtió en despacho y biblioteca. La enorme cantidad de libros está inventariada como en las librerías, por temática (interiorismo, arte, historia, etc.) El reto era grande cuando llegaron a la casa, dar cabida a tal cantidad de libros no es tarea fácil así que construyeron un sistema de estanterías flotantes y redujeron el tamaño entre estantes logrando así, más espacio de almacenaje. Aunque este no es el único espacio dedicado a los libros en la casa, en la entrada se le destinó otro espacio, también en el dormitorio principal y en el pasillo.
El dormitorio principal, que es el que recibe mayor cantidad de luz natural, se permitieron pintarlo de un bonito azul grisáceo para compensar la luminosidad del resto de la vivienda (el color es Inchyra Blue de Farrow and Ball). Al igual que las luminarias del comedor, las sutiles lámparas colgantes a los lados de la cama son de Michael Anastassiades.
El vestíbulo separa el comedor del baño, dos espacios que por lógica no deberían estar juntos. Para separarlos visualmente, al arquitecto se le ocurrió revestir la pared con un gran mural con motivos llamativos de tal manera que, al acercarte al comedor, la vista recae en él y no en el baño. El mural es de la firma Ananbo.
El baño es un resumen de la idea arquitectónica de este apartamento. No por pequeño siempre tenemos que ir al blanco, hay otros recursos que nos hacen agrandar los espacios visualmente, en este caso es el modelo Viola de mármol Calacatta en gran formato, cuyo dibujo se difumina en la pared haciendo que las esquinas se pierdan, los límites de la habitación se desdibujan y el espacio parezca mayor. Su brillo, así como los espejos, también ayudan a crear esta sensación. Aquí en el baño, es donde el arquitecto se ha quedado a gusto con la opulencia que le caracteriza :-)
¿Qué os parece el piso? Yo creo que es una maravilla llena de genialidades, el único espacio que no me va es el baño porque los revestimientos tan marcados ya sabéis que me cansan. Digo sí al Mármol Calacatta, pero con un diseño más sutil, por favor.
Imágenes: Livingetc
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