Los fabricantes, conscientes de la necesidad de reposo que buscamos para alejar el cansancio de una larga jornada fuera de casa, han contribuido al mercado con gran cantidad de sofás y sillones de masaje. Gracias a la agradable distensión muscular que proporcionan estos productos, no echaremos de menos las manos expertas de un fisioterapeuta.
La ventaja de un sillón de masaje es que lo puedes usar todos los días y siempre que lo necesites porque está en tu propio salón. Así, cada vez que llegues del trabajo, de una estresante jornada de compras o, simplemente, estés cansado del bullicio y vaivén de la calle, podrás disfrutar de un tiempo de paz. Para que resulte más placentero, te recomendamos que escuches música clásica.
Primer paso: reclinación correcta
Es importante que el sillón que elijamos para descansar sea reclinable, ya que para cada persona existe un ángulo de inclinación adecuado para el descanso. El mecanismo de los sillones relax sin la función masaje puede ser manual o eléctrico; la diferencia es que este último dispone de un mando para activar el motor que abre la tabla del reposapiés y modula la inclinación del respaldo.
Los sillones manuales pueden ser de diferentes tipos según la apertura del mecanismo de reclinación:
- Empuje dorsal: nos acomodamos apoyando las manos en los brazos del sillón a la vez que empujamos el dorso con la espalda. Así, nos permitirá inclinar el respaldo, poner las piernas en posición horizontal y cambiar a nuestro gusto la posición del asiento. Para cerrarlo basta con mover el torso hacia delante y dejar que el reposapiés vuelva a su posición inicial.
-Manilla: cuando tiramos de ella se abre el reposapiés y, al mismo tiempo, hacemos presión hacia atrás. La manilla se encuentra en la parte exterior de uno de los brazos del sillón, pero cuando se trata de un sofá con asiento central reclinable, estará entre los cojines. El cierre se efectúa igual que un mecanismo de empuje dorsal.
- Presión: mediante un fuerte golpe con los gemelos hacia atrás se levanta el reposapiés. Después, haremos presión con la espalda hacia atrás hasta obtener la reclinación adecuada. Para cerrar el sillón nos incorporaremos y presionaremos con los talones el reposapiés para que vuelva a su posición inicial.
Además, podemos encontrar sillones que disponen de función giratoria o mecedora. Una postura recta mejora la circulación y es importante tener siempre la espalda erguida cuando estemos sentados y dejar caer el peso del cuerpo en la pelvis. Respecto al cuello, es conveniente estirarlo de vez en cuando.
Descubre el masaje eléctrico
Los sillones de masaje eléctrico también adoptan la postura ideal para el descanso, ya que podemos ajustar la inclinación, la altura del reposapiés y la duración y el tipo de masaje del que queramos disfrutar. Un masaje diario nos rejuvenece, relaja los músculos, activa la circulación y favorece el sueño.
Existen dos tipos de masaje que se activan mediante un mecanismo que el sillón contiene en su respaldo:
a) El masaje stretching o de estiramiento activa la circulación mediante movimientos verticales, estirando los músculos y liberándolos de la presión de los discos intervertebrales.
b) El masaje con movimientos circulares ejerce su acción sobre la espalda y el cuello desentumeciendo los músculos y eliminando la sensación de fatiga y rigidez.
Después de este recorrido por los placeres del descanso, ya sabes cómo elegir el sillón más apreciado de tu hogar. Ten en cuenta qué tipo de masaje prefieres, cuándo lo vas a usar y en qué rincón colocarlo. Con una pieza de mobiliario especialmente diseñada para hacerte olvidar la rutina, cuidarás tu salud día a día y gozarás de suaves masajes en tu propia casa.