Lo cierto es que no paro de oír hablar de esto que llaman slow life, slow living…Este famoso "estilo de vida" o filosofía de la lentitud que promulga en definitiva controlar el tiempo (y no al revés), no es ninguna novedad, El movimiento slow nació en Italia en los años 80 para fomentar el slow food (comer despacio y disfrutar) ante el incremento de los establecimientos de comida rápida y pronto contagió otros aspectos de la vida. Hoy en día el slow living está de moda.
¿TENDENCIA O REALIDAD?
La agitada vida que llevamos, la obsesión por la rapidez y la productividad, ha hecho que tengamos la necesidad de parar. Pararnos a pensar, a reflexionar a contemplar y sobretodo a disfrutar. Es natural, humano.
Pero este movimiento lleva consigo hoy en día demasiada carga de tendencia. Siendo algo tan sano y positivo, a veces es algo un tanto artificial (al igual que muchos se han unido al running porque está de moda y corren carreras en mallas flúor pero jamás lo harían en chandal en la manzana de su casa). Y es una pena que sean las modas quienes nos empujen a hacer cosas tan naturalmente humanas como reflexionar, contemplar y disfrutar.
TODOS NECESITAMOS UN POCO DE SLOW LIFE
Me inquieta mucho este tema desde hace ya algún tiempo y me encanta leer sobre ello. Hace poco hablaba con alguien de la que te hablaré muy pronto, sobre cómo el vivir en el campo alejada del ruido y del estrés, es siempre un viaje al interior de uno mismo y te cambia por completo. Es cierto, te hace ser más real, centrarte en lo que verdaderamente importa, dejar a un lado lo material y vivir mucho más intensamente. Pero no todo el mundo vive en el campo, sin embargo todo el mundo necesita un poco de slow life. ¿No crees?
Lo importante no es la etiqueta Slow sino la autenticidad de los actos.
EL MOVIMIENTO SLOW EN DECORACIÓN
Hace tiempo vi estas fotos y empecé a pensar en cómo este movimiento había llegado también a la decoración. Cómo ahora se intentaba crear espacios para disfrutar y no sólo mucho para decorar. Cómo se había dejado de ver el interiorismo como fin sino como medio. Y no puedo estar más de acuerdo.
Los salones se han convertido en lugares acogedores donde vivir de verdad. Las cocinas lugares de reunión, de encuentro y de aprendizaje para los niños. Los baños lugares de relax y las habitaciones de los niños sitios mágicos donde disfrutar e imaginar. Nuestras casas no son sino los lugares perfectos para fomentar lo mejor de nosotros mismos.
Por eso antes de que termine el año, debemos ir pensando cómo vamos a convertir nuestra casa en ese lugar que nos haga mejores y en definitiva más felices. Quizás el año que viene podamos ser un poco más slow ¿no crees?
Bonne journée!
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Fotos: Linda Alfvegren via