Llevo días soñando con Nueva York, a mi 46 años aún no he estado, miento, sólo en el aeropuerto haciendo transbordo pero supongo que eso no cuenta o al menos a mí no me vale ;-) Sin embargo mi hija mayor se fue la semana pasada con su tío a darle una sorpresa a mi cuñada y a su prima que están pasando allí el curso escolar, suerte que tienen algunas. Ainss, lo que no se haga por un hijo… Cada día tienen a bien compartir un álbum de fotos que están creando del viaje, algo que agradeceré eternamente, y no sólo por ver cómo disfruta mi hija de su experiencia, también es una manera de transportarme virtualmente allí con ellos, vete tú a saber cuándo tendré la oportunidad de ir. Ya os he comentado alguna vez que no he tenido demasiadas oportunidades para viajar, cierto es que he hecho algún que otro viaje bastante exótico o fuera de lo común, pero conozco poco mundo y casualmente las ciudades más visitadas o típicas como Nueva York, Londres o París, son las que sólo he pisado sus aeropuertos ¿un poco triste, no? Bueno, aún soy joven y estoy a tiempo de cambiar esto :-)
Como no podía ser de otra manera, hoy nos vamos a NY, al barrio de Tribeca, os pongo en situación. Los propietarios vivían en un apartamento en la misma zona, pero necesitaban algo más grande y definitivo, para ellos y sus dos hijos. Encontraron este espacioso loft diseñado por el estudio Sissy+Marley que además se encontraba nuevo, pero quisieron hacerlo suyo personalizando algunos de sus espacios con trabajos por ejemplo de carpintería a medida.
El mayor desafío fue la amplitud del salón. Para hacer que un espacio tan grande resulte acogedor, es necesario acotarlo por áreas. Para ello destinaron una zona a la televisión junto a la chimenea, a las espaldas del sofá se creó otra zona de relax y juego, y por último al final de la estancia, el comedor. Unificaron todo mediante el color, una paleta en tonos neutros que hace resaltar las obras de arte que atesoran los propietarios. La cocina, que forma parte del salón, tiene forma en L y cuenta con una gran zona de office y una isla central, toda ella es un diseño hecho a medida.
De ahí pasamos a las zonas privadas, el amplio y luminoso dormitorio principal se puede permitir una gran cama con dosel en color negro sin resultar pesada, enmarcada por una mullida alfombra bereber a tono con el resto de la habitación. Un increíble vestidor permite que todo quede en orden, y para terminar la suite encontramos el baño principal, que sigue el mismo estilo en cuanto a materiales y gama cromática.
Encontramos después las habitaciones infantiles y de juego, muy neutras como el resto de la casa, aun así con muebles que hacen servicio a los pequeños inquilinos, son funcionales sin perder un ápice de diseño, con claro y marcado estilo nórdico. Cada vez me gusta más el espejo Half Moon Mirror de Ben & Aja Blanc con el que cierro el post, una pieza que viste cualquier espacio.
Y hasta aquí la visita a esta maravillosa casa, yo seguiré hasta el lunes pegada al ordenador muriéndome de envidia (sana) con las fotos que veo del viaje de mi hija. Y aunque para nosotros sea un esfuerzo económico grande, doy gracias por poder ofrecer de vez en cuando a mis hijas experiencias como estas, porque son las cosas que te enriquecen en la vida, esos recuerdos que quedan para siempre, aprendizajes que no se olvidan jamás.
Imágenes: Elle Decor y Sissy & Marley