Estoy un poco rebelde este año, me resisto a que llegue el invierno y se vaya definitivamente el color de la calle. Por aquí es bastante gris, y al estar disfrutando de un otoño tan generoso en sol y días con luz, pues todavía más pereza me da.
Será por eso que busco en la red espacios llenos de luz y color, al que cada día soy más adicta. Pronto también lo veréis en la tienda, además del clásico blanco y negro, también aparecerán cada vez más cosas con color.
Amarillo mostaza, azul turquesa, fucsia,... Todos combinados entre sí, algo a lo que hasta hace bien poco no me atrevía.
Un proyecto de la interiorista Soledad Alzaga que despliega todo su saber a la hora de combinar estampados y colores de diversos estilos y procedencias.
Los muebles de madera ,vintage, a todas luces, destacan en cada habitación. La cómoda abandonada que tenemos en el trastero ya no quedará tan solitaria si sabemos acompañarla de complementos de color.
Este apartamento en San Francisco es una clase magistral de cómo utilizar el color en el lugar adecuado y en su justa dosis. Nada parece desentonar, todo encuentra su sitio, como los cuadros tan diferentes que se ven en la imagen superior y que casan tan bien.
Evolucionar lo llaman, yo prefiero llamarlo crecer aprendiendo.Hablando de aprender, ¿Visteis ayer la versión en televisión de Lo Imposible? Increíble todo lo que nos hace reflexionar tras conocer una experiencia así de primera mano. Imposible no hay casi nada, no creéis?
Feliz meridiano de semana
Nota: imagino que si os quedasteis a ver la peli tendréis tanto sueño como yo, no? A por el segundo café del día, entonces.
Fotos Domaine