Algunos tienen una función muy concreta: desconectar, por ejemplo, tras una reunión de trabajo. Es la ocasión perfecta para hablar de otras cosas que no son de negocios. En este caso, no suelen durar más de media hora y cuando terminan, hay que volver a seguir el guión que ya está escrito.
Sin embargo, estos no son nuestros preferidos. Y es que lo mejor de un brunch es que también puedes organizarlo si te apetece hacer algo diferente aunque, eso sí, con los de siempre. Una mesa con reminiscencias del desayuno y de la comida. Un sucesor del tentempié mucho más completo que, por la hora en el que se sirve, ningún invitado llegará tarde. Dulce y salado. Picotear hasta cansarnos.
¿Te vienes? Porque hoy rescatamos inspiraciones para organizar nuestro brunch y, por ejemplo, recibir la primavera como se merece. No te lo pierdas ;)
¡Feliz primer viernes de primavera!
madefromscratch
Via La buhardilla de Sam