Quizás pensabais que esta semana escribiría un post sobre el Black Friday, la realidad es que es algo que he hecho durante muchos años y que incluso a algunos miembros de mi familia, les ha servido para comprarme los regalos de navidad. Solía publicar cosas que necesitaba y ellos aprovechaban el momento, así siempre acertaban. Este año es distinto, he subido algunas stories en Instagram, por si alguien tiene especial interés o necesidad en este momento, pero esto es todo lo que voy a hacer.
Estoy bastante saturada de este consumismo sin sentido, el comprar por comprar, no sé a vosotros, pero a mí me ponen la cabeza como un bombo y ya no sólo un día, el Black Friday se ha convertido en un mes completo de ofertas. Tanta publicidad me agota. Lo dicho, que paso de las compras y vengo con uno de esos home tours que tanto me gustan y me traen mucha más inspiración.
Cuando buscamos casa siempre ha de cumplir ciertos requisitos que, en cada familia son diferentes. Normalmente nos fijamos en los metros cuadrados, número de habitaciones, en la luz, la orientación, la zona donde está situada… cosas así. ¿Os imagináis comprar una vivienda con la premisa de que ha de poder albergar 350 plantas en macetas? Pues aquí tenéis el ejemplo.
La casa pertenece a RJ Guillermo y Francis Aquino, que tras adoptar a su primer hijo Jordan y embarcarse en la adopción de su hermana también, buscaron una casa familiar donde establecerse con su familia humana y vegetal ;-) Encontraron esta casa de estilo rancho en Los Ángeles, era de 1951 así que necesitó una rehabilitación. Por suerte, sus carreras les dieron la habilidad para poder acometer ellos mismos las reformas. RJ es fotógrafo de arquitectura y Francis diseñador de espacios de trabajo, por lo que asumieron los roles de contratista y diseñador.
Antes, el exterior estaba pintado de azul con detalles en blanco, lo cambiaron por un revestimiento más elegante conformado por listones de madera. Dieron mucha importancia a las conexiones entre interior y exterior, así como a la comunicación entre espacios interiores, antiguamente cerrados en compartimentos más pequeños. Como gran coleccionista de plantas, era imprescindible abrir grandes ventanales para dejar que la luz lo inundara todo, de lo contrario las plantas de interior no recibirían la luz natural suficiente como para sobrevivir.
En la antigua vivienda, cocina y salón estaban separados en dos habitaciones distintas, decidieron tirar la pared que separaba ambos espacios para que quedaran conectados. La cocina además tiene puerta acristalada con salida al jardín y esa misma pared de la puerta, en su parte superior, no está cerrada, sino que lleva cristal, por lo que la iluminación natural está asegurada. En el salón, instalaron también una nueva puerta acristalada en forma de acordeón que asegura más luz en esta estancia, antes insuficiente para todas las plantas de interior, además mejora el acceso al patio trasero.
El gran patio es el alma de la casa, tiene espacio para todo. Por un lado, hay una zona de juegos para los niños, también una piscina de Tipsy Tank y una gran pérgola, diseño de los propietarios, donde además del comedor exterior se exponen cuidadosamente todas las plantas de Francis. Al ser un espacio tan grande, está zonificado. La parte de salida al jardín con revestimiento de madera para exterior, el césped es la zona más amplia, el camino que lleva al comedor incluye una pasarela con losetas de piedra para hacerlo más accesible y el propio comedor, está sobre una gran pérgola de madera.
El interior, además de clásicos del diseño, se viste con piezas de diseñadores filipinos como Rhea Carlisle y Jun Tan, porque vivir en Los Ángeles no significa perder sus raíces filipinas. Algo sobre lo que estoy cien por cien de acuerdo.
Imágenes: RJ Guillermo para Dwell