La ventana perfecta debe cumplir una serie de cualidades. Es importante que aísle el frío y los ruidos, que sea hermética y que se pueda abrir de diversas maneras para adaptarse al espacio. Tampoco estaría mal que además de durar mucho nos permitiese ahorrar energía. Y por supuesto que desde el punto de vista del diseño y la decoración se pudiese amoldar a cualquier estilo. Aunque parezca difícil, el PVC nos ha permitido conseguir esta ventana.
En 1897 el fabricante alemán Kart Kömmerling fundaba en Pirmasens (Alemania) la primera fábrica de pegamento para calzado. Setenta años más tarde, sus herederos comenzaron a fabricar en serie perfiles para ventanas con una fórmula revolucionaria: el policloruro de vinilo (PVC). El PVC se obtiene a partir de dos elementos naturales: petróleo y sal común.
En su elaboración y manipulación no se desprenden gases ni sustancias tóxicas y es, además, un material reciclable. Podríamos decir que es un plástico perfecto, altamente resistente a los impactos. Su capacidad para adaptarse a todos los espacios lo hace ideal para cualquier tipo de decoración, tanto exterior como interior.
A prueba de golpes...Los perfiles de estas ventanas están dotados en su fase de fabricación de una gran resistencia al impacto, algo que se certifica mediante numerosas pruebas de laboratorio. Para poder garantizar esta resistencia van reforzados con contornos metálicos internos. En las esquinas los perfiles van soldados térmicamente, sin pegamento.
Las ventanas de PVC y un buen acristalamiento aislante reducen el gasto en energía para la climatización de una casa hasta en un 75% si las comparamos con las ventanas antiguas de vidrio sencillo. Se trata de un ahorro considerable teniendo en cuenta los sistemas tradicionales. En este sentido, no pagaremos más calefacción de la necesaria.
Su aparición en el mercado de la carpintería metálica le hizo ganar terreno al aluminio por su mayor capacidad de aislamiento. El aluminio tiene un coeficiente de conductividad extremadamente alto mientras que el del PVC es muy bajo. Esto facilita que la vivienda conserve en su interior durante todas las estaciones una temperatura estable.
Tal vez eso hace del PVC el material más adecuado para zonas bañadas por el mar, como por ejemplo, la costa gallega. El motivo es muy sencillo: impide la condensación de agua y es capaz de soportar la corrosión, el salitre y los ataques de bacterias que pueden acabar con otras ventanas, como es el caso de las realizadas en madera.
Además de ventanas, en PVC se realiza una gran variedad de complementos para las viviendas; las contraventanas, por ejemplo. Tanto con lamas fijas como móviles, protegen de las inclemencias del tiempo resguardando el interior de las viviendas. Por otro lado, las contraventanas son un accesorio perfecto para adornar las fachadas.
La carpintería metálica en PVC permite todo tipo de variaciones geométricas. Se pueden añadir cuarterones auténticos, superpuestos o entre vidrios y utilizar perfiles de distintos tipos o colores. También se puede colocar la nueva ventana sobre el marco ya existente. Este tipo de estructuras metálicas sirven para revalorizar el inmueble rehabilitado.
Otro de los problemas que más nos preocupa es que a través de las ventanas entre agua o aire en nuestro hogar. Para evitarlo, las fabricadas en PVC ofrecen una total estanqueidad al agua, al viento y a la contaminación. Además, sus esquinas están soldadas, no pegadas, y el montaje de juntas estancas de caucho sintético es perfecto.
La facilidad para crear formas y colores hace que en muchas casas restauradas o rehabilitadas se opte por este tipo de material. Desde el punto de vista estético, el PVC aparece como una de las opciones más usadas no sólo en casas nuevas, sino también en antiguas. Hasta hace poco reproducir el aspecto original de las ventanas antiguas era laborioso.
Atendiendo a la decoración, hay una amplia gama de colores, tonalidades, lacados... llegando a realizarse imitaciones de distintos tipos de madera con veteados. También es posible aplicar al material el color sólo por la cara exterior o por ambas caras del perfil. Las ventanas de PVC otorgan a la vivienda una personalidad única.
Las persianas de PVC son también un producto muy demandado. Son más que simples lamas. Es un compacto que integra la persiana tradicional, una mosquitera exterior y un estor interior. Son enrollables y se pueden elegir por separado. Para enrollarlas existen dispositivos como lamas con cintas, motor, cardan, etc.
Con los cierres con perfiles de PVC no hemos de preocuparnos ni del frío ni del calor que haga en el exterior. La posibilidad de montar distintos tipos de vidrios aislantes permite mantener dentro de la vivienda una temperatura perfecta. A todas estas cualidades se les une la ventaja de lograr un gran ahorro energético, contribuyendo al medio ambiente.
Además de su excelente unión final, muy homogénea, que da la sensación de "única pieza" y que concede una gran seguridad a prueba de cacos, también tiene un comportamiento excelente ante incendios. Por su composición química, el PVC de los perfiles está clasificado como M1 "difícilmente inflamable" y autoextinguible según la norma UNE 23 727.
