El jueves pasado la agencia de Turismo de Bélgica: Flandes y Bruselas
nos invitaba a una cena en el Atelier belge para darnos a conocer lo
mejor que este país ofrece a viajeros y visitantes.
Un grupo de veinte bloggers, de la mano de Blog on Brands, fuimos
recibidos por Ángeles Alonso-Misol que nos contaba entusiasta la
oferta cultural, gastronómica y turística de Flandes.
Es de todos sabidos que la región belga de Flandes es sinónimo de
ciudades con encanto especial.
Brujas, Gante, Amberes, Lovaina, Malinas y la propia capital del país,
Bruselas, nos evocan con su arquitectura un entorno de cuento que se
ve potenciado en época navideña por mercadillos, pistas de patinaje,
decoraciones, iluminación...
¿Os imagináis unas preciosas Navidades flamencas?
La oferta cultural es inmensa, comenzando por el patrimonio artístico
de este país, patria de Rubens y otros grandes maestros de la Escuela
Flamenca de pintura.
Pero Flandes no ha querido estancarse en el pasado y potencia
actividades culturales como la música actual con sus reconocidos
festivales, el diseño y la moda. De hecho existen itinerarios de
shopping que constituyen una de las actividades más requeridas
en grandes ciudades como Bruselas.
Es un país de tradición ecofriendly, donde la bicicleta es el medio
de transporte más usado y son muchos los tours y rutas turísticas
basados en el tandem cama+bicicleta.
Y, por supuesto, la gastronomía donde el chocolate y la cerveza son
los reyes indiscutibles pero no las únicas delicatessen belgas como
pudimos comprobar en la cena degustación a la que asistimos.
Probamos diversos y originales aperitivos como unos grisines con humus
casero y patatas chips al pimentón sobre cama de sésamo negro,
acompañados por unas botellitas de limón con Cointreau y azúcar,
ideales para ir abriendo apetito.
Distintos tipos de panecillos para probar una exquisita mantequilla
especiada.
Como entrantes empezamos con una deliciosa crema de mejillón
con tomate y espuma de pimienta.
Seguimos con una tortilla de patata belga bien distinta a la nuestra
puesto que está realizada con patata en puré y el huevo entero,
sin batir, dentro.
Por supuesto, no faltaron los clásicos mejillones al vapor servidos con chips.
Como platos principales comenzamos degustando raya a la mantequilla.
Y seguimos con una pintada rellena de pasas, nueces y orejones,
acompañada de ñoquis, endivia y col de Bruselas.
Todo este festín estuvo maridado con exquisitas cervezas belgas,
empezando por los 9º de la Tripel Karmeliet, siguiendo por
los 10º de una Chimay Gran Reserva y finalizando por los
11º de una potente Kasteel, oscura y dulce, ideal para
acompañar el postre.
Por supuesto chocolate belga en el pastel del postre.
Ni que decir tiene que el remate perfecto para una chocolateadicta como yo.
Aún quedaban pequeños bocaditos dulces (macarons, trufas, crema
de vainilla y fruta confitada) para acompañar el café.
Y para evocar en casa tal cantidad de exquisiteces, nos agasajaron
con una caja de bombones belgas.
Desde luego fue una noche de lo más agradable que ha aumentado mis
ganas de visitar esta evocadora región y ya estoy planeando mi
próximo viaje que será #destinoflandes.
Si también es vuestro caso, os aconsejo que sigáis las novedades de
turismo de esta región en su web y en su página de facebook
donde podemos también encontrar ofertas, sorteos y
noticias de última hora.