Esto lo oimos más de una vez recordando uno de los anuncios televisivos más dulces de la generación de los 80.
Hace días saqué unas toallas que hacía tiempo que no utilizaba y me quedé espantada al descubrir que raspaban más que una lija. Puedo deciros que LAS HE RECUPERADO, y hoy voy a contaros de qué forma tan sencilla.
- ANTES DE LAVARLAS.
En un baño grande o en la bañera si son varias, las ponemos en remojo con agua fria durante 1 hora. Si están muy asperas podemos dejarlas un poco más. Añadimos un chorrito de vinagre blanco y un chorrito de zumo de limón.
Cuando pase el tiempo, las enjuagamos todo lo posible y las metemos en la lavadora.
- CÓMO LAVARLAS.
En ésta ocasión poner la mitad de el jabón que solemos usar en un lavado normal. Si lo que usamos son pastillas liquidas, intentaremos que en la lavadora haya más de una toalla, ya que lo que intentamos es recuperar la suavidad, y los jabones absorven demasiada humedad y puede que las toallas se nos pudran.
Sustituimos el suavizante por un chorro de vinagre blanco . Y pondremos un programa corto en agua fria.
- LAS SECAMOS.
Intentaremos secar las toallas al aire libre pero A LA SOMBRA. Antes de eso las sacudiremos bien y las estenderemos en las cuerdas o tendedero para que se aireen bien.
Yo, como tengo secadora la he puesto durante 20 minutos en la misma y ¡chapoooo! han recuperado su suavidad.
Os animo a probarlo con toallas que estén un poco ásperas, ya que es muy agradable ducharse y poderse secar con algo suave.
Ya me contareis.