El caso es que al mirar alrededor descubrimos al culpable. El candelabro de cristal con estrellas, mi favorito, había sido el causante del sonido. La parte donde se coloca la vela se había roto por el calor. Estaba en el centro de la mesa, pero luego por comodidad despejé la mesa y lo puse en la mesilla al lado, con la vela encendida claro y ahí se quedo toda la noche.
El caso es que no se me pasa por la cabeza tirarla, y pegada se va a ver. Además está el Feng Shui que no ve con buenos ojos lo de tener cosas rotas. Así que mientras recogía la decoración de Navidad se me ocurrió esto.
La idea ya la había usado en la mesa también, pero usando de base una cesta que parece un nido. Fue tan sencillo como cambiar de base, con cuidado adaptando el musgo y ya está. Reciclado.
¿Y a vosotros os gusta reciclar tanto como a mí ?Este post participa en el Finde Frugal de Colorín Colorado