Nos decidimos por pintura pizarra de color negro, porque buscábamos darle un aspecto de pizarra clásica, pero la tenéis en muchos otros colores.
Además, queríamos que fuera imantada para poder colocar notas, fotos, etc...
Son todos bastante fáciles de encontrar: estos los adquirimos en Leroy Merlin.
El primer paso, por supuesto, fue limpiar y lijar todo el armario con una lija para madera de grano fino.
Como el hueco para el tirador estaba roto, hubo que tallar un trozo de DM con la forma exacta para que encajara.
Lo pegamos con la masilla de la barrita arreglatodo (¡qué invento!) y lo dejamos una noche para que fraguara. Después, ya pudimos fijar el tirador.
Lo siguiente fue ponernos manos a la brocha (o al rodillo, en este caso). Aplicamos tres manos de pintura magnética para conseguir un mayor efecto imán. Cubre mucho y cunde mucho. Un solo bote nos bastó para las tres manos y sobró un poquito.
Hay que dejar secar al menos varias horas antes de cada capa...¡Aviso para impacientes ;)!
Seguidamente, otras tres manos de pintura de pizarra, y a esperar de nuevo... hasta pasados dos días, no se debe escribir nada en ella.
Ya podemos proteger las paredes y los cercos para lijar y pintar los marcos, en este caso, de blanco. Decidimos dejar el de madera interior sin pintar para que siguiera conservando un aire retro.
Y ¡ya tenemos nuestro armario!
Y vosotros ¿renovaríais un armario con pintura de pizarra?