Aproveché el domingo a hacer un proyecto que tenía en mente desde que vi el post de Rúcula Design con un tapiz de colores precioso y super fácil de hacer, que aunque en Pinterest y otros sitios he visto unos muy chulos de macramé por ahora no me sentía yo con fuerzas para algo más complicado. ¡Os enseño cómo ha quedado y luego os digo cómo hacerlo paso a paso!
Para los materiales, solo necesitamos un tubo de cobre, que en mi caso tenía rondando por casa de los restos de las obras, cuerda o hilo para sujetarlo a la pared y lanas de los colores que más te gusten… Yo he tirado por tonos fríos con un toque de rosa para romper, que con este calor casi que apetece, jejeje
Lo primero que hice fue colocar la cuerda atada al tubo en los extremos, para poder colgarlo y trabajar más cómoda. Como la que tenía por casa era una cuerda muy finita de las de atar regalos, trencé tres trozos para darle un poco más de resistencia y de grosor.
Una vez colgado de donde lo vayamos a colocar, podemos medir el largo que queremos que tenga el tapiz, para cortar trozos de lana del doble de ese tamaño. La verdad, yo fui cortando los trozos de lana a medida que iba haciéndolo, para no cortar de más o de menos de cada color, pero si os resulta más cómodo podéis cortarlos todos y ordenarlos por colores para ir cogiendo según queráis que quede la combinación de colores.
Bueno, os explico cómo hacer la lazada para atar los trozos de lana que no puede ser más sencillote. Cogemos el trozo de lana doblado por la mitad, y, dejando las puntas para abajo, cogemos del medio y lo colocamos por detrás del tubo de cobre. Ahora se cogen las puntas y se pasan por dentro de ese lazo hacia adelante y se tira para ajustarlo… Sé que me explico fatal, ¡mejor ver las fotitos! jejeje
Así poco a poco vamos colocando los trozos de lana hasta terminar de rellenar el tubo. Yo empecé por ambos extremos, que me ayudaba a calcular el espacio de cada línea de colores además de equilibrar el peso de la barra de cobre.
Por último, cogemos las tijeras para darle forma por abajo, como si fuese un flequillo. ¡Si lo queremos recto más fácil aún! Y con esto ya tenemos terminado nuestro tapiz para pared de colores… ¡Mirad cómo ha alegrado el rincón donde lo colgué!
¿Os gusta? ¡Contadme si os animáis a intentarlo!
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