A parte de la suciedad que presentaban, (verdaderamente tenían más roña que el palo de un gallinero, como se dice coloquialmente) el asiento de enea se encontraba deshecho por la parte de atrás especialmente.
Con la idea en la cabeza de lo que iba a realizar, lo primero que hice fue eliminar la suciedad con sosa cáustica para después continuar con todos los pasos de siempre: lijado, aplicación de tapa-poros, pintado y barnizado.
Una vez terminados los trabajos anteriores, lo único que quedaba por hacer era ponerles el asiento. Pensé que quedarían bien si los tapizaba con tela de saco o arpillera, por lo que encargué dos tableros para la base de los asientos y los llevé a tapizar con la tela que compré.
La verdad es que pensaba que me costaría encontrar ese tipo de tela pero, nada más lejos de la realidad, en la primera tienda de tejidos a la que fui, la encontré.
Y este es el resultado final: dos taburetes de estilo rústico-campestre que por su tonalidad son muy combinables.
Aunque no se aprecie bien en las fotografías, la la estructura de madera presenta un acabado satinado que la aporta el barnizado satinado aplicado sobre una pintura blanca mate.
Como veis casi todo tiene solución, así que no descartéis ningún mueble al primer golpe de vista…
¡¡¡Feliz Fin de Semana!!!