¿No os ocurre a vosotros que cuando encontráis una prenda que os
gusta y os favorece especialmente compráis más de una en distintos tonos?
Eso es lo que me pasó a mí con estos jerseys de lana rústica: compré cuatro
en los tonos que más me gustaban. No sabía cuál elegir y como estaban muy
bien de precio...
Los he usado hasta la saciedad.
La verdad es que me encantan y siguen en buen estado pero las
modas cambian y no me veo ya con ropa ajustada y cortita.
Como el tejido me resulta de lo más acogedor, decidí hacer con ellos
una funda más abrigada para mi sillón mariposa.
Al tener que unir varios tonos, inicialmente estuve buscando con qué
coserlos: hilos y cordones de distinto material y color que no me
convencieron nada.
Así que opté por deshacer parte de las mangas que no iba a utilizar
para conseguir lana del mismo tipo.
Comencé abriendo uno se los laterales de cada jersey, retirando la manga
por la sisa y viendo cómo encajaban en la funda original del sillón.
Como quería que el punto visto fuera el revés, empecé a hilvanar con el
jersey del derecho siguiendo la forma de la funda.
Después cosí con lana siguiendo el hilván a una distancia de un centímetro.
Corté luego a otro centímetro de lo cosido.
Dí la vuelta al jersey y lo coloqué sobre la funda, cosiendo el contorno
resultante de lo cortado para conseguir un efecto lo más parecido a
la costura lateral que mantuve.
Repetí el mismo proceso en los otros tres jerseys y los uní con los bordes
hacia afuera con el fin de potenciar el aspecto rústico y handmade.
Dejé una parte de la trasera sin coser para luego poder introducir la funda y,
también por la trasera, deshice las sisas para poder encajar en la estructura.
Y, tachán, tachán...
Este es el resultado: no es perfecto pero sí muy natural y acogedor.
¿No os parece?
Un DIY lindo, barato y fácil, aunque reconozco que algo laborioso,
con el que participo como cada viernes en los finde frugales de
Colorín Colorado.