Reconocemos que nos daba un poco de pereza meterle mano...,
,... tanto recoveco no es fácil de pintar; requiere de un poco de paciencia hasta dejarlo casi cubierto por completo.
Una vez conseguido, lijamos para desgastar, con suavidad, las zonas que sobresalían más.
Con esto conseguimos que el marco adquiera más volumen, más movimiento, y no se vea tan plano. ¿Qué os parece el cambio?
A nosotras, de nuevo, nos vuelve a sorprender el poder transformador de la pintura; la marina ha cobrado vida y luz.
Además, resulta de lo más versátil, decorativamente hablando.
Le pusiéramos lo que le pusiéramos, ¡todo le caían bien!
De todas formas, seguro que tenéis un escenario favorito...¿Nos contáis cual es?
¡FELIZ FIN DE SEMANA!