Los interioristas deben realizar un estudio exhaustivo de las necesidades profesionales de cada negocio y conocer perfectamente los gustos estéticos de las personas responsables de la marca. Sólo así, se puede dar con una imagen equilibrada y acorde con la relevancia que cada empresa necesita para diferenciarse de sus competidores.
Un ejemplo de esto es la Clínica Sensabell de València. Un templo a la belleza que partía de un espacio diáfano y cuyo diseño combina una distribución eficiente, piezas de mobiliario exclusivo y la riqueza de los materiales para lograr una imagen acogedora y única.
Ninguna empresa quiere parecerse a otra. Por eso es importante, contar con interioristas y decoradores capaces de aportar una imagen singular y exclusiva al espacio.
Así, en el área de recepción se diseñó un mostrador a medida combinando madera de cebrano veteada en contraste con el mármol, a juego con el pavimento. Una mezcla de tonos fríos y cálidos que supone una apuesta atrevida, un factor indispensable para diferenciarse en el ámbito de las clínicas de medicina estética.
En el caso de los tres despachos, éstos comparten mobiliario, pero difieren en el revestimiento de las paredes y los tonos de la decoración para aportarles una personalidad propia: formas geométricas, texturas naturales que evocan la madera y los tonos empolvados, respectivamente. Se logra así un estilo equilibrado, pero no idéntico.
Los profesionales del interiorismo y la decoración deben tomar decisiones cuidadas a la hora de abordar cualquier proyecto. En los detalles y en las emociones que generan se debe reflejar la personalidad de la marca.