El post de hoy tiene su historia. Buscando un alojamiento para las vacaciones y después de vistos unos 3 millones unos cuantos, encontré el que parecía tener todo lo que buscábamos mi medio pomelo y yo. Cerca de la playa, cerca de restaurantes, tiendas y baretos, nuevo, amplio y con decoración actual.
Balcones de Verano
Así que cuando se lo enseñé a mi marido con cara de orgullo y satisfacción, no me esperaba su cara de vaca mirando al tren. Para hacerlo breve te diré que después de contarle todas las bondades del alojamiento en cuestión y enseñarle con un pelín de nerviosismo las fotografías que demostraban la buena elección que había hecho me dijo: “Pero no tiene balcón”.
Tras tratar de negar la evidencia o al menos de suavizarla, “tampoco es tan importante el balcón”, “vivimos en una casa sin balcón y podremos sobrevivir unos días más, ¿no?”, llegué a la conclusión de que mira, sí. El balcón es importante. Más incluso de lo que pensaba. En el caso de un apartamento, un desayuno de verano en el balcón no tiene comparación con uno en el comedor. Para eso ya tenemos todo el año. O una cerveza por la tarde en el caso de un hotel. O una conversación al fresco por la noche.
Así que en esas estoy ahora. Buscando un alojamiento con balcón. O con terraza. Y si me apuras, con jardín.
Como los balcones de verano son así de importantes, vamos a darles el protagonismo que merecen. Además es cosa fácil. Aunque todo es cuestión de gustos (es tu balcón y debieras decorarlo del modo que a ti te haga más feliz), yo prefiero los más sencillos. Mi lado práctico asoma de nuevo.
Lo primero es saber qué uso le vas a dar. Tal vez necesites una mesita y unas sillas, si como a mí te gusta desayunar, comer o cenar al aire libre. O tal vez seas más de conversación nocturna y unos sillones serían mejor elección.
Que no te falten las plantas, que añaden frescura y vida.
En cuanto a detalles, una vela en un portavelas bonito, un farolillo, cojines y una alfombra de exterior puede ser suficiente. Aquí es donde intervienen tus gustos, guirnaldas, adornos en las paredes, lámparas de fibras naturales…
¡Y a disfrutar!
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