Pregúntame cómo es el blanco y yo te diré qué es. Un principio. Un punto y a parte. Un suspiro. Un recuerdo por inventar. Es un cielo despejado que todos queremos pronosticar. Y es ese viento honesto, que no molesta. Pero también es la abstinencia más generosa. La caricia que se comparte y que se acumula en el recuerdo, con el rojo del pintalabios más desgastado. Es improvisar la rutina para que tenga color. Y dejar sin palabras a alguien con tan sólo tu voz. Todo puede ser blanco.
La mesa de hoy escoge este color que se sustenta con dos contradicciones. Un momento o un escenario. Una página o un episodio. Un día cualquiera o un sábado como hoy. Un desayuno o un menú. Improvisación o intención. Invitar o reaparecer. Qué más da...ya que estamos aquí, nos quedamos y llenamos el blanco de vida. ¡Feliz sábado!
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