¡Allá vamos!
1. Lo primero de todo es hacer limpieza. No hay nada peor que perder tiempo ordenando y llenar el espacio de almacenamiento con cosas que ya no utilizamos. Las épocas de regalos – cumpleaños y Navidad sobretodo – hacen que, con la llegada de una nueva remesa, aquellos juguetes que se usaban poco ya no se usen nada. También podemos añadir a la lista los juguetes que quedan olvidados porque ya se han hecho mayores los niños y no son los más adecuados para su edad. Ya lo sabes, las cosas que ya no nos son de utilidad a nosotros, sí que pueden serlo para otras personas. Recomiendo que estos juguetes que ya no utilizamos, se donen o bien a conocidos que los necesiten o bien a organizaciones benéficas.
2. El segundo paso, es intentar que los juguetes se guarden en el cuarto. Sí, ya lo sé, he podido comprobar con los hijos de amigos y familiares que esto es una tarea casi imposible. Pero vale la pena intentarlo. Podemos crear formas divertidas para que ellos mismos quieran guardar sus propios juguetes o, incluso, que el hecho de organizarlos sea un juego.
Por ejemplo, con unos cartones del rollo de papel higiénico y una caja podemos hacer un garaje para los coches. O pegar unas tiras de imán en la pared para que se queden ahí expuestos como en una tienda de coches de segunda mano. También podemos hacer, con unos organizadores situados detrás de la puerta, unas fantásticas “camas” para que duerman bien las muñecas o los robots después de un duro día de trabajo.
Otra idea sería dejar a tus peques la posibilidad de llevar sus juguetes fácilmente de un sitio al otro, así fomentamos la autonomía!
3. Otra opción es dedicar una parte del salón a los juguetes. Si convertimos ese espacio, contiguo al nuestro, en “su espacio” y se lo hacemos saber, poco a poco aprenderán a tenerlo ordenado. Eso sí, te arriesgas a que al principio sea todo un caos. Para que ellos también intervengan, existe un sistema bonito y fácil de usar para esconder los juguetes. Se trata de una especie bolsa de tela que se abre para convertirse en una alfombra en la que se puede jugar encima y, mediante una goma, se cierra formando un saco encerrando todos los juguetes en su interior. El modelo patentado tengo entendido que es algo carillo, lo podrás encontrar en tiendas molonas de juguetes y de cosas para los peques. Pero no parece demasiado difícil poder hacer el nuestro propio mediante un DIY y personalizarlo como más nos guste. ¿Te animáis?
4. Por último, dejaremos el “sálvese quien pueda". Si todo lo anterior falla, quedan las formas tradicionales de guardar los juguetes. Debajo del sofá, en el mueble de la televisión, en las estanterías… Hazte con el mayor número de cajas posible: transparentes si necesitas ver lo que hay en el interior, bonitas si van a ir vistas, abiertas por arriba si necesitas coger fácilmente lo que hay dentro o con etiquetas exteriores para saber qué se guarda en cada una. Organiza por temática y/o tamaño, como mejor te venga, para tenerlo todo controlado y ubicado.
Esto es todo por hoy, espero haberte dado algunas ideas. ¿Tienes pensado poner alguna de estas opciones en práctica? ¿Sabes de algún sistema más que sea interesante o funcione? Cuéntanoslo en los comentarios, entre todas podemos darnos nuevas ideas.
Un abrazo y ¡hasta la próxima!