Yo destacaría alguna de las piezas tuneadas de entre las muchas que hay, por su originalidad y facilidad para copiar en nuestra propia casa:
Cada puerta de la casa es de un color, quizá demasiado atrevido para algunos pintar todas, pero puede que hacerlo de un sólo un color o sólo una de ellas sea una idea que nos convenza a más de uno.
El frigorífico ha cambiado el look gracias al papel pintado, un DIY muy sencillo para renovar un electrodoméstico antiguo (hace poco os conté cómo cambié yo el mío con la misma técnica) y lo mismo ha ocurrido con los armarios de la cocina.
Una mano de pintura y unos tiradores nuevos consiguen transformar un mueble, que es lo que se ha hecho en esta casa con varias cajoneras.
También con pintura se han reciclado sillas, guitarras e incluso un trofeo de caza artificial (tan de moda y que a mí, la verdad, no me acaban de gustar).
Las lámparas también pueden modificarse y, como prueba, la del salón con esas bolas de espejo añadidas.
Por último, aunque para mi gusto esté algo recargado en ese aspecto, también quiero destacar las decoración con composiciones de cuadros. Me gustan mucho las casas con arte y recuerdos (fotos, dibujos especiales, etc.) en las paredes. Los que sean de mi generación y un poco frikis de la película “La princesa prometida”, encontrarán un cuadro que les gustará especialmente en el dormitorio
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Vía Design Sponge
¿Qué mueble tuneado os gusta más?
Este artículo es original del blog Decorar Mi Casa