Debo decir que durante casi tres años he llevado muy bien esto de trabajar desde casa; sin embargo, este año algo ha cambiado. Ha sido más trabajo del habitual y me ha pillado sin “período de adaptación”. No sé lo que ha sido, pero lo cierto es que trabajar desde casa se me empieza a hacer algo más difícil. La falta de espacio, la incapacidad de decir “ya está, ya se ha terminado la jornada”, la falta de ejercicio físico… Creo que es un cúmulo de elementos que me empieza a pesar.
Lo bueno es que la cita de este lunes con el grupo deco de #Quedamosen me ha obligado a poner un poco de orden en mi zona de trabajo y eso me ha ayudado. ¡Ni siquiera me ha llevado mucho tiempo! (Debe ser que mi ficha de almacenaje me ha ayudado a ordenar ;P). Podéis ver la zona de trabajo en el post que hicimos sobre el salón, y ahora unos pequeños cambios que he añadido.
Creo que uno de mis propósitos este año va a ser conservar un poco el orden, porque como podéis ver es lo único que he hecho. A menudo os lo aconsejo cuando hacéis consultas; limpiar, ordenar, tirar… sobre ejercicios imprescindibles a la hora de decorar, y sin embargo, en casa de herrero cuchillo de palo. Lo cierto es que a menudo veo los cambios en las casas ajenas, pero no sé por dónde empezar en la mía.
Y ahora, después de despejar esta zona, el resultado me ha encantado.
Tengo tareas pendientes desde hace tiempo, como arreglar el secreter, una pieza heredada y muy, muy deteriorada. Espero hacerlo muy, muy pronto y ¡enseñaros el resultado! ¡A ver si lo puedo tener listo en unos días!
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