Las casas de nuestra vida, Lorenzo Meazza.

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Si quieres reavivar tu entusiasmo por mimar tu hogar, lee el libro de Lorenzo Meazza: Las casas de nuestra vida.

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Para mí decorar es una manera de transmitir vida, de inspirar, de compartir quién soy. Incluso de reforzar esas partes personales que necesitan más mimo, más trabajo para mejorarlas o curarlas.

Así que empezar este libro con la promesa de Lorenzo de:

Facilitar a cualquier persona las claves de un equilibrio ideal entre estética y función. Es decir: la posibilidad de generar una vida más feliz. *

Me enganchó de inmediato.

Nunca se dio la posibilidad de ojear el libro por dentro antes de tenerlo. Creí que sería un libro más de consejos e ideas de decoración propias de su autor. Y aunque las tiene, su papel es secundario. Las protagonistas de esta historia son realmente las casas de la vida de Lorenzo y su familia.

No sería la primera vez que un título promete algo que no ofrece. No es este el caso.

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Mientras descubres las casas en las que ha vivido, desde su época universitaria hasta su hogar actual, aprendes cómo les saca partido para hacer de cada una la casa de su vida en sentido literal según el momento que está viviendo.

Lorenzo pone en valor lo que realmente importa. Y, lo que más aprecié, que puedes convertir la casa en la que vives ahora en el hogar de tus sueños si te permites comprenderla y ser tú.

Es importante tener presente que el estilo de una casa es algo que se construye con el tiempo. No es solo cuestión de tener la portada ya desde el inicio. *

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· Los planos ·

Recuerdo la primera vez que vi una revista de decoración con planos en su interior. Fue tan genial… Para mí significaba poder entender cómo sería un día a día en esas casas bonitas que salían fotografiadas.

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Siempre siempre he disfrutado imaginando cómo podría ser la casa de cualquier persona que me resultara interesante. Y eso iba ligado a una distribución.

Nunca he podido imaginar un espacio sin tener claro dónde están las ventanas, las puertas o cómo se comunica con otras habitaciones. Quién lo habita, cómo es su día a día… Contar con esos planos era imaginar y también soñar.

Siendo niña incluso ideaba una vida que incluyera los distintos elementos que componían la foto.

Así que, contar con planos facilita mucho entender las casas de Lorenzo, el aprovechamiento de sus piezas con historia (él defiende la reutilización de esos muebles que te acompañan a lo largo de tu vida, darles siempre una nueva oportunidad) y sus composiciones decorativas.

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· Otra virtud: las fotos no estilizadas ·

No sé si es percepción mía, estilo de estilismo del momento en el que se tomaron las fotos o intención de los habitantes. Pero la sensación de ser momentos del día a día, en la mayoría de las casas es algo que me emociona.

Leer el libro de Lorenzo ha sido sacar a jugar a mi niña interior de nuevo. Y la adulta que soy ha recordado, aislándose durante el tiempo en el que sus páginas me mantuvieron hipnotizada, que decorar mi hogar es un acto para mí. Es auto-cuidado.

A veces nos cuesta entender o reconocer que la vivienda influye en nuestro día a día de manera muy directa. Es el lugar destinado a permitir nuestro descanso, a proteger nuestra intimidad, a acoger sin pudor nuestra manera de ser. Si lo descuidamos, nos estaremos descuidando a nosotros mismos. Si le dedicamos atención, nos recompensará convirtiéndose en lo que siempre debe ser: un hogar. *

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Desde que leí Las casas de nuestra vida, he recuperado la ilusión por llenar un jarrón con flores sin obligarme a que combinen perfectamente. He sacado del cajón de recuerdos cosas que me sacan una sonrisa y las he expuesto con ese fin y no con el de tener una estantería decorada de revista. He vuelto a mirar mi casa con ilusión, porque me he relajado (en el sentido más slow life que se le pueda dar a esa palabra).

Nada en la vida pasa por casualidad. Cada vez creo más en esto. Y este libro llegó en un punto de inflexión muy grande. Un momento en el que me estoy volviendo a encontrar o, quizá, descubriéndome. Me siento calmada, ilusionada y con ganas de hacer cosas que me dan la vida como es mimar mi casa y mimarme a mí en el proceso.

Me ha devuelto las ganas de volver a hacer de ella un lugar de conexión conmigo misma, con mi familia y con mis amigos. ¡Había olvidado lo mucho que me gusta ser anfitriona!

Decorar y crear un ambiente para personas que queremos es un regalo. *

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· Vida y estilo ·

Es la primera vez que leo a un profesional del interiorismo hablar de forma tan romántica de un hogar. Me sentí tan identificada… Yo siempre miré cada casa en la que viví de ese modo.

Pero en el ajetreo de los últimos años en los que me he ganado la vida ayudando a otras personas a convertir sus casas en hogares (y por lo que estoy muy agradecida), me había olvidado de ello. Porque en el camino he tenido que convertirme en técnica, psicóloga (salvando las distancias), acompañante, ejecutante y todo ello cumpliendo los objetivos de terceros, consiguiendo resultados, pero perdiendo la pasión.

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Así que me gustaría también agradecer a Lorenzo haberme devuelto mi mirada, mi amor por las casas bellas, las que cuentan historias, las que transmiten el amor que se ha puesto en ellas. Y, sobretodo, el recuperar las ganas por ocuparme de mi hogar de esa manera.

El estilo, las fotos y el texto me recordaban todo el tiempo a cuando viví en Italia. Los italianos (al menos los que conozco, con los que conviví y me relacioné en aquella etapa) te contagian su querencia por el arte, la historia -desde el punto de vista de lo familiar y el día a día- así como lo novedoso y la tendencia.

Porque página a página, el libro revela también una pequeña evolución de estilos decorativos. Y todo siempre ligado al momento profesional del protagonista. Él es Global Event Manager en IKEA y esto conlleva un largo recorrido que es el hilo conductor de este libro.

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· Concluyendo ·

No es un libro perfecto. ¿Hay alguno que lo sea? Entonces no se escribirían más… Pero es un libro que recomiendo incluso -o más aún- si no te dedicas al Interiorismo y la Decoración.

Me gustaría destacar una última reflexión de Lorenzo:

Es importante no confundir un espacio transitorio con uno intrascendente. Tendremos que vivir en él, a fin de cuentas, sea por más o menos tiempo. Y nunca merece la pena habitar un lugar incómodamente. *

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Me quedé con ganas de más, de más datos, más consejos, ver explicado en esas imágenes cómo aplicaba los consejos que él mismo comparte en cada capítulo. Quizá conocer más cómo influía su trabajo en IKEA en su propio estilo.

¿Funcionó alguno de los espacios de su casa como laboratorio de ideas? ¿Tomaba él todas las decisiones de estilo? ¿Cómo conseguía adaptarse a las necesidades y estilo de su familia?

Pero vamos, todo esto, por ser exigente. La cosa es, Lorenzo, que hay ganas de más. No sé si alguna de las preguntas que me hago servirían para otro libro.

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Yo, desde luego, lo compraría.

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* Frases extraídas de Las casas de nuestra vida, Lorenzo Andrea Meazza 2019, Ed.: La esfera de los libros, S.L., 2019.

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