Los detalles que no se ven a simple vista en los muebles de cocina

Uno de los aspectos más importantes al escoger una cocina es la calidad de los muebles que vamos a utilizar seguramente por muchos años.

Y para determinar esa calidad, los materiales de los frentes y puertas, colores, texturas, acabados, tiradores y accesorios, son fundamentales ya que son las partes del mobiliario con las que tenemos más contacto diariamente y por lo tanto, son más susceptibles a deteriorarse.
Es por eso que a esos elementos, que son los más visibles, se les presta mayor atención a la hora de tener que decidirse por un modelo o marca determinada.

Pero hay otros detalles que no se ven en los muebles de cocina a simple vista, que son primordiales para que tenga la resistencia y durabilidad necesarias para durar mucho tiempo y en buenas condiciones, así que es conveniente que dediquemos algo de tiempo a investigarlos, si lo que buscamos es buen producto.

Algunos de esos componentes, que casi siempre delatan la calidad del mueble y lógicamente influyen en su precio, son los siguientes:

Bisagras

Además de servir para abrir y cerrar las puertas, las bisagras cumplen la función de regular dichas puertas, de manera que queden todas alineadas en el conjunto. Para ello, se pueden ajustar en los tres sentidos, vertical, horizontal y profundidad, además de contar con un sencillo montaje tipo clip que permite quitarlas con la mano.

Es casi imprescindible que las bisagras cuenten con un sistema de amortiguación incorporado o freno ya que garantizarán un suave movimiento que evitará golpes y ruidos desagradables.

Hay varias clases de bisagras que se colocan de acuerdo al tipo de módulo: estándar, para rincones, de ángulo abierto para cajones interiores o para marcos de aluminio, entre otras.
Marcas como Blum o Hettich, cuya inscripción podemos ver en ellas, garantizan unos 200.000 ciclos de apertura, cierre super suaves y una tranquilidad impagable.

Guías y sistemas de cajones

Los cajones son de lo más importante en una cocina por el constante uso que le damos. Son sistemas tecnológicos compuestos por el cajón o cacerolero de doble pared metálica y las guías que se fijan a las caras internas del módulo con al menos 4 tornillos cada una para asegurar un buen funcionamiento y estabilidad del mismo.

Estos sistemas de extracción total, poseen un freno con cierre suave que evita golpes y asegura un esfuerzo de apertura mínimo y un deslizamiento ultraligero y silencioso para que la comodidad sea máxima desde el primer momento.
La resistencia de un cajón debe ser de 30 a 70 kgs. de acuerdo a su anchura ymantener un funcionamiento perfecto.

Existen varias opciones tanto en acero inoxidable como en acero revestido en color negro, gris o blanco mate, así como varias alturas y varios tipos de costados para gavetas grandes y caceroleros: abiertos con varilla, cerrado metálico y cerrado con cristal. Para guardar ollas o recipientes grandes, por ejemplo, no hace falta que los laterales sean cerrados pero para elementos más pequeños, pueden ser muy útiles.

Además, si se quiere aún más comodidad y libertad de movimientos mientras se cocina, está el sistema Servo-Drive de Blum que mediante un pequeño mecanismo motorizado, permite abrir y cerrar el cajón con solo tocarlo.

Al final, como en todos los herrajes de una cocina, las marcas reconocidas como Blum o Hettich, nos darán mucho más por un relativamente pequeño incremento de precio.

Módulos

Para que un mueble de cocina tenga buena estabilidad y su estructura sea sólida y durable, no hay nada mejor que su cuerpo esté fabricado con un tablero de 19 mm. de espesor, ensamblado sin tornillos. Esto le da al usuario la opción de disponer de un espacio de almacenamiento que puede soportar un peso de hasta 50 kg/m². Un estante de 16 mm. y de más de 80 cms. inevitablemente se enconvará en el centro por su propio peso.

Aún así, en caso de muebles altos de más de 90 cms. de ancho, es conveniente usar un perfil antiflexión metálico en su centro o un refuerzo trasero para evitar el arqueamiento.

Es importante que los cantos de estantes y algunas puertas laminadas estén revestidos en ABS y adheridos con cola PUR, cuyo proceso logra un perfecto sellado del canto, lo que impide la entrada de humedad que podría causar la hinchazón del tablero o que el canto se despegue debido a altas temperaturas.

Patas de mueble

A pesar de que parezcan todas iguales, existen diferentes tipos de patas y de ellas depende que el mueble tenga la estabilidad adecuada.
Las más recomendables son las que se fijan en 3 o 4 puntos a la base del mueble, apoyando el costado en uno de ellos.
Fabricadas en poliestireno, son de gran resistencia y si es de base ancha, mejor.
Éstas últimas están homologadas por el LGA Nuremberg con 300 kgs. de capacidad en posición vertical.

Traseras y refuerzos

Dos detalles que se ven poco pero que dicen mucho.
La parte trasera de cada mueble requiere un tablero aglomerado recubierto por ambas caras y de al menos 8 mm. de espesor, ya que influye decididamente en su estabilidad y solidez. Debe ir encolada y embutida en una canal en base y costados del mueble para garantizar un perfecto ángulo recto.
En los muebles para fregaderos y placas, los listones de alta resistencia o tubos de aluminio para el apoyo de la encimera en la parte delantera del mueble, les aportan además, robustez y consistencia.

Tablero marino para zonas críticas

En los muebles de la cocina más propensos a sufrir los efectos de la humedad, como pueden ser el del fregadero, la columna para frigorífico integrado, la columna para lavadora y secadora y la columna escobero, es conveniente que sus bases estén fabricadas de tablero marino, material muy resistente tanto al peso como al ataque de hongos y bacterias debido a la humedad.

El tablero marino es excelente también para utilizarlo en la fabricación del propio cajón del fregadero, plateros o cuberteros, ya que al utilizar pegamentos fenólicos, es capaz de resistir la podredumbre y prevenir que se abran las capas del material.

¡Para tomar en cuenta!.

Imágenes: Santos, Senssia, Clysa.

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