Cuando veo este tipo de viviendas, no puedo evitarlo: me entran ganas locas de vivir en plan campo-casa-naturaleza. Me imagino despertando alucinada cada mañana en un lugar tan idílico y perfecto como éste, y solo tengo ganas de mandar al cuerno mi dúplex normal y corriente y encontrar una casa con esencia y carácter, con años a sus espaldas, con vidilla pasada y marcas en todas las esquinas. Una casa "de verdad" y con metros como Dios manda... Muchos metros donde lo que sobre sea espacio, y no muebles.
En verdad os digo que me entran esas ganas y no puedo evitarlo. Aunque luego, a medida que voy viendo las imágenes, empiezan a aparecer las dudas.... "Pufff... Pero para mantener organizado todo eso..." "Pufff... Pero para limpiar" "Puffffffff... Pero el tema de la calefacción con esos techos..." "Pufff y de taxista con el peque todo el día, actividades arriba, actividades abajo... Quita, quita" Y es que uno tiene que tener cuidado con lo que desea y conocerse a sí mismo, porque el tortazo eligiendo mal vivienda puede ser brutal.
Yo veo esta casa y me enamoro. Es la realidad. Pero luego, a la hora de decidirme y apostar, os aseguro que en el fondo, no acaba de apetecerme. Ya no por un tema económico (que es esencial), sino también por mi modo de vivir y por las necesidades que tengo hoy en día. Por eso creo que muchas veces, nos castigamos con cosas que no podemos tener y que en el fondo, la verdad es que no queremos. Es humano quejarse y todos lo hacemos, pero la verdad es que menos mal que la vida no hace posible muchos de los "sueños" que tenemos, porque nos tiraríamos de los pelos todavía más.
Y vosotras qué pensáis...
Esta casa es para vivir o tan solo para soñar??
Buen lunes.
Coralia.
Vía
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