La verdad es que los manteles blancos no suelo usarlos, pero éste año he pensado que mi mesa tendrá mucha luz y cuando los he sacado, he comprobado que en algunas partes tenían cercos amarillentos.
Para quitar esas manchas tan molestas, basta con diluir 3 cucharadas de bicarbonato por cada litro de agua templada y dejar el mantel en remojo un par de horas. Después sólo tendremos que lavarlo en la lavadora con el programa adecuado y comprobaréis que vuestro mantel está como nuevo.
Pero ahora debe quedar perfecto y eso significa quitar las arrugas y pliegues que hacen que no luzca como debiera. Os recomiendo que cuando aun esté un poco húmedo planchemos desde el centro hacia los extremos. De ésta forma no tendremos pliegues y tendrá una caída envidiable cuando lo pongamos en nuestra mesa.
Es importante que cuando los vayamos a guardar al acabar las fiestas , lo enrollemos y envolvamos en papel de seda para evitar las dobleces que tanto cuestan quitar, y por supuesto que lo guardemos SIEMPRE libre de manchas, ya que no es lo mismo encontrarse una mancha amarillenta que se quita con un poco de bicarbonato, a quitar una mancha de vino, marisco o salsa de la comida anterior.
Este año he optado por un mantel blanco porque mi mesa no es demasiado grande, y siempre puedo darle un toque de color con un centro adecuado, o unas servilletas de color o quizás con una vajilla en todos dorados.
Pero si tenéis una mesa grande y seréis muchos a cenar o comer, podéis jugar con distintos colores, incluso elegir el negro. Negro y plateado es una combinación excelente. Además le daréis a vuestra mesa una sensación elegante, pero tenéis que tener cuidado de no oscurecerla demasiado. Para eso están los accesorios que alegren el ambiente. Pero con cuidado. Lo menos, es más.
Recordad combinar las servilletas con el mantel y el centro de mesa. Nunca las pongáis dentro de las copas, ya que le quitarías esplendor a la mesa, por no decir que queda fatal. Siempre al lado de los platos o sobre ellos. Puedes atarlas con una cinta que combine con los tonos del mantel, incluso recurrir a algún adorno natural como hojas secas, o pequeñas piñas... e incluso aprovechar éste arreglo para poner el nombre de vuestro invitado.
Lo importante es que el mantel que elijamos esté limpio de manchas y de arrugas. Luego sólo queda adornar con complementos sencillos y que tengamos en casa... sólo es tener un poco de imaginación.
Lo sencillo siempre triunfa.
¿Has sacado ya los manteles que usarás en Navidad? Recuerda: No lo dejes para última hora.
BUENA SEMANA.