¿Os he dicho que me fascina el Mar Mediterráneo? Sí, creo que lo he dicho millones de veces pero me reafirmaré lo que haga falta. Ahora que se acerca el verano y que ya empezamos a romper ese blanco nuclear de nuestra piel gracias a las primeras tandas de sol, me apetece soñar con como sería mi casa ideal frente al mar. Y creo que se parecería bastante a la que he encontrado en una pequeña isla griega llamada Tinos.
Se trata de una casa tradicional con paredes encaladas y techos con vigas y de tipo cueva que ya dotan de una personalidad especial a la vivienda.
La cocina es una de mis estancias preferidas ya que es la que mejor conserva la estructura original, destacando los muebles bajos de obra, la encimera con fregadero integrado de mármol y la zona de los fogones.
Mención especial tienen los baños, con toques de azul en el encalado de techos, paredes y pavimentos. La piedra y la madera también adquieren un protagonismo singular.
Fuente: Yatzer – Fotografía: Yiorgos Kordakis
La presencia de elementos vintage no podían faltar en esta vivienda. Los espejos, tanto en el área del comedor como en el baño son originales de los años 30. Me encanta el detalle de las antiguas botellas de farmacia azules ubicadas en las repisas de la entrada, sobre la puerta principal y la ventana.
Apenas existen muebles de almacenaje, sólo pocas piezas muy bien escogidas para potenciar la luminosidad y la espléndida arquitectura de la casa. El proyecto de reforma corrió a cargo de Zege Architects, mientras que la responsable de la decoración es la diseñadora de interiores Marilyn Katsaris, que además es la dueña. ¿No os parece un sueño?